La imagen de Santa Claus, viejecito regordete y sonriente que trae regalos a los niños buenos el día de Navidad tuvo su origen en la historia de San Nicolás.
Nicolás, nació en una antigua provincia de Asia Menor en el siglo IV. La capital, Mira, cerca del mar en lo que ahora es el sudoeste de Turquía, era una sede episcopal. Nicolás fue escogido obispo de esta sede y ahí se hizo famoso por su extraordinaria piedad. Estuvo encarcelado por defender su fe en la persecución de Diocleciano. Sus reliquias se encuentra en el pueblo de Bari, Italia.