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Himno de la Liturgia de las Horas

Dame tu fuerza, Señor Jesús

Dame tu fuerza, Señor Jesús

 

 Vengo, Señor, cansado;
¡cuánta fatiga
van cargando mis hombros
al fin del día!
Dame tu fuerza
y una caricia tuya
para mis penas.

Salí por la mañana
entre los hombres,
¡y encontré tantos ricos
que estaban pobres!
La tierra llora,
porque sin ti la vida
es poca cosa.

¡Tantos hombres maltrechos,
sin ilusiones!
en ti buscan asilo
sus manos torpes.
Tu amor amigo,
todo tu santo fuego,
para su frío.