Acuérdate del Pato...
Por correo electrónico me enviaron el siguiente relato: Había un niño pequeño de nombre Pedro, al que no se sabe por qué, todos llamaban Pedrito. Él estaba pasando unos días de visita en la granja de sus abuelos. Pedrito tenía una resortera con la que jugaba todos los días. Solía ir al bosque de cacería, pero nunca pudo matar ningún animal.