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tampoco

Dios no es ateo, Juan Pablo II tampoco

Mucha gente usa la expresión “gracias a Dios” para tratar de decir: “afortunadamente”, lo cual nos ubica en dos realidades o cosmovisiones muy distintas entre sí, pues una reconoce a Dios como autor y causante primario o secundario de los acontecimientos, y la otra se basa en un devenir ciego producto del azar. Es decir, el primero es consecuencia de la “causalidad”, y el otro es producido por la “casualidad”.