Descristianización y recristianización
Esta semana asistí a dos actividades relacionadas con mi ministerio sacerdotal. La primera se tituló: “El matrimonio que nunca existió”, pues versó sobre los estudios procesales realizados por los tribunales eclesiásticos para poder determinar -en algunos casos concretos- los posibles vicios jurídicos que habrían hecho inválido un supuesto matrimonio. Está claro que la Iglesia no divorcia, sino solamente puede declarar la inexistencia de los que parecían ser matrimonios.