¿Hay que ser católico para salvarse?
El hombre necesita de Dios para salvarse. La experiencia cotidiana del mal, en la vida de los demás, en nuestra propia vida, no es sino la consecuencia del pecado original. Romper las cadenas que nos atan al mal sólo es posible si Dios decide descender, sacarnos de las tinieblas, tender su mano amorosa y rescatarnos de la situación en la que nos encontramos.