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Cenar

Cenar con Cristo

En invierno o en verano, en los momentos felices o en los momentos más amargos, después de una buena acción o cuando nos sentimos heridos por el pecado... A todas horas, en tantas situaciones de la vida, Cristo está a la puerta.

“Mira que estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y me abre la puerta, entraré en su casa y cenaré con él y él conmigo” (Ap 3,20).