¿Se justifica la tortura?
Desde que se pusieron de moda los derechos humanos, es mucho lo que se ha escrito y hablado sobre la tortura. Es famoso el chiste de aquel concurso de agencias policíacas en el que se les pidió a agentes del FBI, la KGB y la Judicial que atraparan vivo un conejo en un bosque. Claro está que el equipo ganador sería el que lo consiguiera en menos tiempo. Los norteamericanos tardaron una hora, los rusos cincuenta minutos y los mexicanos regresaron a la media hora con un elefante severamente golpeado que llegó diciendo: “les juro por mi madre que soy conejito”.