Puros cuentos
Comida en casa de unos amigos. Un pequeño de cuatro años frente a la televisión. En la pantalla: figuras de híbridos humano-animales con gestos de coraje. Sonidos extraños, rugidos y rayos fulminantes que salen de poderosas armas. Lenguaje amenazante. Las figuras se transforman, crecen, vuelan, desaparecen, se electrizan, mueren y reviven sin mayor explicación. El pequeño no se mueve, absorto por lo que tiene enfrente. No queda claro hasta dónde un personaje es bueno, malo, o simplemente un guerrero que sabe matar.