El Decálogo del buen conductor
Roberto regresó a casa fatigado y tenso. Después de una hora atascado en la calle, estaba de un humor insoportable. Además, había tenido problemas para salir de la oficina, porque delante de su coche había otro muy mal colocado. Tardó 10 minutos en encontrar al propietario, al que hizo ver con dureza su enorme irresponsabilidad. Después, ya sobre el asfalto, se había irritado cada vez que las motos le adelantaban por derecha e izquierda.