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La ventana sigue abierta

La ventana sigue abierta

Sábado, 2 de abril de 2005, víspera del Domingo de la Divina Misericordia. La plaza de San Pedro está llena de gente en oración. Las miradas se dirigen, una y otra vez, hacia las ventanas de las habitaciones papales.

Acaba el primer rosario. Se encienden las luces de los apartamentos del Papa. Son cerca de las 9.30 de la tarde. Pocos minutos después llega el anuncio a la plaza y al mundo: Juan Pablo II acaba de morir.