Cuando la víctima vence al verdugo
Cuando la víctima vence al verdugo
El verdugo desea el mal de la víctima. Ultrajar, golpear, herir, matar a un hombre inocente y desarmado es posible sólo desde un odio profundo, desde un anhelo perverso de daño.
Pero la víctima posee un alma, un corazón, una interioridad, que ningún verdugo podrá tocar. Sus certezas, sus convicciones, sus amores, son capaces de vencer el deseo de mal, de mirar la misma muerte con esperanza gozosa, de ofrecer un gesto de perdón al asesino.