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Domingo, día del Señor y día de la familia

Parece mentira, pero a pesar de tanto "tiempo libre" no tenemos casi tiempo para nada. Aumentan las necesidades, los planes, los compromisos, y cuando queremos tener un rato para el descanso en familia, resulta que no nos queda tiempo...

Debemos sentarnos, de vez en cuando, para reflexionar sobre lo que sea realmente importante en nuestras vidas. Entonces descubriremos, entre otras cosas, que resulta urgente rescatar el sentido del domingo, de un día dedicado a los demás, a nosotros mismos, a Dios.

Domingo, día del Señor y día de la familia

Parece mentira, pero a pesar de tanto “tiempo libre” no tenemos casi tiempo para nada. Aumentan las necesidades, los planes, los compromisos, y cuando queremos tener un rato para el descanso en familia, resulta que no nos queda tiempo...

Debemos sentarnos, de vez en cuando, para reflexionar sobre lo que sea realmente importante en nuestras vidas. Entonces descubriremos, entre otras cosas, que resulta urgente rescatar el sentido del domingo, de un día dedicado a los demás, a nosotros mismos, a Dios.

¿Por qué ir a Misa el domingo?

 ¿Por qué ir a Misa el domingo?     

-“¿Qué es la Misa?”, pregunté.

Pero rara vez es bien contestada por los mismos católicos.

-¿Qué es la Misa? ¿Es la palabra de Dios?

-¡No! Es mucho más que eso. No es una asamblea ni una fiesta, es la repetición del Sacrificio de Cristo en la Cruz. ¡Tiene por tanto valor infinito!  

Con frecuencia dice la gente:

-No voy a Misa si no me nace.

Le podríamos contestar:

Domingo de Ramos

Cuantos de algún modo estamos en contacto con la realidad pastoral de nuestro pueblo, percibimos ciertos comportamientos , un tanto desviados , que afectan a la gran masa de los cristianos tradicionales.

Domingo, día del Señor y día de la familia

Parece mentira, pero a pesar de tanto “tiempo libre” no tenemos casi tiempo para nada. Aumentan las necesidades, los planes, los compromisos, y cuando queremos tener un rato para el descanso en familia, resulta que no nos queda tiempo...

Debemos sentarnos, de vez en cuando, para reflexionar sobre lo que sea realmente importante en nuestras vidas. Entonces descubriremos, entre otras cosas, que resulta urgente rescatar el sentido del domingo, de un día dedicado a los demás, a nosotros mismos, a Dios.