Dios me poda poco a poco
Dios me poda poco a poco
El Volvió a ocurrir. Aquello que tanto temía se hizo presente en mi vida. Dejó una herida profunda, abierta, que no deja de dolerme allá, muy dentro de mi alma.
Tuve que afrontar la dificultad, tuve que buscar fuerzas para salir adelante. En mi corazón busqué aferrarme a una rama de esperanza.
Sí: lo que menos deseaba ha llegado. Pero al menos puedo refugiarme en un consuelo, en una trinchera nueva. Tengo pequeñas alegrías que me suavizan en la hora de la prueba. Queda una rama de esperanza.