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decisiones

Responsabilidad en la toma de decisiones

Según un dicho oriental, “mil caminos nacen bajo tus pies”.

Quizá no nazcan mil caminos, pues no tenemos ante nosotros mil posibilidades a la hora de elegir. Pero sí es cierto que existen muchas opciones: podemos ir hacia lo cómodo o hacia lo exigente, escoger una carrera u otra, aceptar un trabajo o rechazarlo, salir a tomar unas copas o quedarnos en casa para estudiar o para limpiar la ropa sucia.

Subidas y bajadas y un poco de cemento

La vida a veces nos vapulea. Subimos, bajamos, estamos bien y al rato nos tienen que sacar del cubo de la basura. Hoy compramos un billete para ir de vacaciones a tal lugar, y mañana quisiéramos romperlo para quedarnos más tiempo con la familia o los amigos.

Nuestras decisiones tienen muchos ingredientes. Análisis fríos, emociones calientes, presiones de los de casa o en el trabajo, intuiciones y miedos: todo se mezcla y, de repente, decidimos.

Decisiones: algo nuevo en el mundo

Decisiones: algo nuevo en el mundo

Cada una de nuestras decisiones introduce algo nuevo en el mundo.

A veces pensamos que ciertas elecciones son insignificantes, sin valor, sin transcendencia. En realidad, quedarme a estudiar o ir de excursión, ver este o aquel programa televisivo, leer un libro de aventuras o uno de filosofía, tomar más o menos copas de cerveza... son decisiones que “entran” en mi vida, que llegan a ser parte de mí mismo, que me modifican.

Decisiones: algo nuevo en el mundo

Cada una de nuestras decisiones introduce algo nuevo en el mundo.

A veces pensamos que ciertas elecciones son insignificantes, sin valor, sin transcendencia. En realidad, quedarme a estudiar o ir de excursión, ver este o aquel programa televisivo, leer un libro de aventuras o uno de filosofía, tomar más o menos copas de cerveza... son decisiones que “entran” en mi vida, que llegan a ser parte de mí mismo, que me modifican.