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Chicas ombligueras

 

Hace tiempo, después de publicar un artículo donde hacía referencia a un caso de infidelidad matrimonial, una lectora me remitió un  comentario donde hace ver su extrañeza ante la capacidad de errar que tiene el ser humano, es decir, de echar a perder su vida al dejarse arrastrar por las pasiones, y en especial por la lujuria. Su texto lo condimenta con una frase, por demás, atinada: “hormona mata neurona”.

Chicas ombligueras

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Por qué las chicas necesitan el cariño y la autoridad de su padre

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A los 18 años, Ainsley se marchó de casa para estudiar en una prestigiosa universidad estadounidense. Durante el primer curso todo fue sobre ruedas, hizo muchas amigas y sacó buenas notas. Pero luego la cosa se torció. Empezó a beber demasiado, dejó de asistir a clase y, al final, fue expulsada de la universidad.