Un recado de Dios
No temas, te he llamado por tu nombre.
No temas porque Yo te he redimido.
Tú me perteneces,
tú eres mi elegido.
Si cruzas por las aguas voy contigo.
Los ríos no te anegan,
las llamas no te abrazan,
los fuegos no te queman: dice Dios.
Por eso te alabo Señor.
Mi alma se eleva hacia Ti.
¡Escucha Señor mi oración!