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perdón de Dios

Pregonero de la bondad divina

Casi al concluir la película “Quisiera ser millonario” (Slumdog millionaire), el hermano del protagonista expira diciendo una hermosa frase: “Dios es bueno”. Si bien queda grabada esa idea dramáticamente al final, se sugiere a lo largo de toda la película como telón de fondo: en medio de la miseria humana la bondad de Dios encuentra un camino para manifestarse. Esta idea, tan bellamente expresada cinematográficamente, fue vivida en plenitud por San Juan María Vianney.

Dios todopoderoso te damos gracias...

Dios todopoderoso te damos gracias...

Dios todopoderoso, te damos  gracias por día que termina e imploramos tu clemencia para que nos perdones benignamente todas las faltas que, por la fragilidad de la condición humana, en él hayamos cometido. Por nuestro Señor Jesucristo tu Hijo, que vive y reina contigo, en unidad con el Espíritu Santo, por los siglos de los siglos.

 

Amén.

Dios nuestro, renueva al mundo

Dios nuestro, renueva al mundo

Dios nuestro, que renuevas el mundo por medio de sacramentos divinos, haz que tu Iglesia progrese por la celebración de estos sacramentos de vida eterna y no permitas que le falten nunca los auxilios necesarios para su vida terrena. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, quién contigo vive y reina en unidad con el Espíritu Santo, por los siglos de los siglos.

Amén.

Dios nuestro, fuente y origen...

Dios nuestro, fuente y origen...

Dios nuestro, fuente y origen de todos los dones celestiales, tú que uniste en San Luis Gonzaga una admirable pureza de vida con la práctica de la penitencia, concédenos por sus méritos e intercesión, que los que no hemos podido imitarlo en la inocencia de su vida lo imitemos en su espíritu de penitencia.  Por nuestro señor Jesucristo tu Hijo, quién contigo vive y reina en unidad con el Espíritu Santo, por los siglos de los siglos.

 

Amén.