Os haré pescadores de hombres
Venid en Pos de Mí y Os Haré Pescadores de Hombres
(4, 18-23)
(4, 18-23)
Oración de la joven en sus quince años
Señor Dios, creo en ti con todas las fuerzas de mi ser y por eso te ofrezco mi juventud: guía mis pasos, mis acciones, mis pensamientos. Concédeme la gracia de vivir tu Mandamiento nuevo, para amar a mis hermanos por ti. Que tu gracia en mí no resulte vana. Te lo pido por Jesús, tu Hijo, mi Salvador. ¡Oh Maria, Madre mía! Ante ti presento mi ofrenda al Señor. Sé para mí el modelo de mujer fuerte. Toma mi corazón y hazme digna hija de Dios.
Amén.
Jesucristo, estoy aquí este momento delante de Ti para pensar un poco en la vida, en los demás, en mí, en tantas cosas que me dan vueltas en la cabeza y no logro entender sobre Ti, sobre el mundo, sobre mí mismo. Quisiera hacer grandes cosas por Ti, por los hombres, para que mi paso por la historia no resultara vano. Yo sé que en Ti está la Vida y la Verdad y por eso vengo a beber en la única Fuente capaz de apagar mi sed de verdad, de bondad, de belleza.
Padre, te has llevado a mi esposo(a). Hemos recorrido juntos una parte de nuestro camino de esta vida. Hemos condividido las alegrías y las penas, los gozos y las dificultades. Fue hermoso, aunque no siempre fue fácil. De todo te doy gracias.
Ahora mi esposo(a) se ha ido. He quedado solo(a). A él (ella) dale la felicidad eterna; a mi dame la fuerza de poder decir: hágase tu santa voluntad. Y haz que un día, nos encontremos en la Patria eterna. María, consuelo de los afligidos, intercede por nosotros. Amén.
Que se eleve desde el corazón de cada creyente, de manera más intensa, la oración por todas las víctimas del terrorismo, por sus familias afectadas trágicamente y por todos los pueblos a los que el terrorismo y la guerra continúan agraviando e inquietando.
La hora crítica ha pasado: tu paternal asistencia, Señor, ha resuelto en alegría nuestra ilusionada espera. Un niño nos ha nacido: la alegría de tu nacimiento se renueva en nuestro hogar ¡Gloria a ti Señor, en los cielos y paz para nosotros!
Mientras te damos gracias, te consagramos también nuestro hijo: tú nos lo has dado; lo custodiaremos como tuyo. Ayúdanos a recibirlo y educarlo como hijo de bendición. Amén.
Bendícenos, Señor:
Bendice estos alimentos que por tu bondad vamos a recibir; bendice las manos que los prepararon, da otro tanto a los que nada tienen y concede tu paz y tu justicia a nuestra Patria. Amén.
Oh, María aurora del mundo nuevo. Madre de los vivientes a ti confiamos la causa de la vida; mira, Madre, el número inmenso de niños a quienes se les impide nacer, de pobres a quienes se les hace difícil vivir, de hombres y mujeres víctimas de violencia inhumana, de ancianos y enfermos muertos a causa de la indiferencia o de una presunta piedad.
María de Belén y de Nazaret, esposa de José, Virgen Madre del Hijo de Dios hecho hombre, Madre dolorosa, modelo de Fe. Tú eres nuestra Madre, y vives ya en el gozo de la presencia de Dios. Tú velas por cada uno de nosotros con bondad, compasión y ternura. Encomendamos a todas las mujeres que sufren el dolor de haberse hecho un aborto y a sus bebés abortados, a tu cuidado maternal.