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Madre Protectora

Madre Protectora

Del alumno que os implora
sed maestra, sed salud.
Sed, María, Protectora
de esta Escuela de virtud.
La Fe nos ha de salvar,
que es la virtud muy sublime,
haced que ella nos anime
para creer sin dudar:
todo se puede lograr,
siendo vos la mediadora.
Sed, etc.
Esperanza duradera
tendremos hasta morir;
todos queremos seguir
la ley santa y verdadera;
y, pues todo el mundo espera
salvarse por vos, Señora.
Sed, etc.
Me manda la Caridad

Maria, enséñame a conocer a Jesús

Maria, enséñame a conocer a Jesús

  

 

María, Madre de Jesús,
ayúdame a aceptar a Jesús como luz
en mi vida.
Tú ves que hay en mí tinieblas
Que yo mismo no conozco.
Haz que no se resistan a la luz de Jesús
sino que se abran a El.
En el examen de conciencia,
en la confesión,
en la dirección espiritual,
en la meditación
y en la escucha de la palabra de Jesús.

Madre, aquí estoy

Madre, aquí estoy

Madre, ¿quieres mi trabajo?
- Aquí estoy.

¿Quieres que todas las fuerzas de mi espíritu
lentamente se desangren?
- Aquí estoy.

¿Quieres mi muerte?
- Aquí estoy,
pero procura que todos
los que tú me has confiado
amen a Jesús,
vivan para Jesús,
y aprendan a morir por Jesús.
Amen

Con María en la Oración

CON MARÍA EN LA ORACIÓN

ALÉGRATE MARÍA®

Alégrate María,
Inmaculada y Santa,
amada de Dios,
nueva Eva elegida,
cooperadora de la reconciliación.
Madre de Jesús y nuestra,
incansable auxilio de los pecadores,
maternal intercesora,
acuérdate siempre de este hijo tuyo.
Amén.

15 minutos con Maria Auxiliadora

15 minutos con Maria Auxiliadora

¡María! ¡María! ¡Dulcísima María, Madre querida y poderosa Auxiliadora mía! Aquí me tienes; tu voz maternal ha dado nuevos bríos a mi alma y
anhelosa vengo a tu soberana presencia... Estréchame cariñosa entre tus brazos... deja que yo recline mi cansada frente sobre tu pecho y que deposite en él mis tristes gemidos y amargas cuitas, en íntima
confidencia contigo, lejos del ruido y bullicio del mundo, de ese mundo que sólo deja desengaños y pesares.

Misericordioso Dios

Misericordioso Dios

Ayúdame a que, en todo tiempo
y en toda situación tu gracia
sea suficiente para mí para que
tu poder sea perfeccionado
en mi debilidad.

Enséñame a gloriarme, mas bien
en mis debilidades, de manera que
repose sobre mí el poder de Cristo
y que esto me lleve a gozarme en
mis debilidades, en afrentas,
en necesidades, en persecuciones,
en angustias; porque dice tu Palabra que:
cuando soy débil, entonces soy fuerte.