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Lecturas del Domingo 6 de Septiembre de 2009

DOMINGO 6

XXIII DOMINGO ORDINARIO.

Santos: Cleto y Donaciano, mártires, y Zacarías, profeta. Beato Liberato de Loro, presbítero. (Verde)

ANTÍFONA DE ENTRADA (Sal 118, 137. 124)

Eres justo, Señor, y rectos son tus mandamientos. Muéstrate bondadoso conmigo y ayúdame a cumplir tu voluntad.

ORACIÓN COLECTA

Señor, que te has dignado redimirnos y hacernos hijos tuyos, míranos siempre con amor de Padre y haz que cuantos creemos en Cristo, obtengamos la verdadera libertad y la herencia eterna. Por nuestro Señor Jesucristo…

LITURGIA DE LA PALABRA

Lectura del libro del profeta Isaías: 35, 4-7

Esto dice el Señor: "Digan a los de corazón apocado: '¡Ánimo! No teman. He aquí que su Dios, vengador y justiciero, viene ya para salvarlos'. 

Se iluminarán entonces los ojos de los ciegos y los oídos de los sordos se abrirán. Saltará como un venado el cojo y la lengua del mudo cantará. 

Brotarán aguas en el desierto y correrán torrentes en la estepa. El páramo se convertirá en estanque y la tierra seca, en manantial". Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

Los israelitas del tiempo de Isaías vivían convencidos de la cercanía de Dios. No tenían a quien más dirigirse. Dios vendrá a su debido tiempo para devolverles la alegría perdida.

Del salmo 145 R/. Alaba, alma mía, al Señor. 

El Señor siempre es fiel a su palabra, y es quien hace justicia al oprimido; Él proporciona pan a los hambrientos y libera al cautivo. R/. 

Abre el Señor los ojos de los ciegos y alivia al agobiado. Ama el Señor al hombre justo y toma al forastero a su cuidado. R/. 

A la viuda y al huérfano sustenta y trastorna los planes del inicuo. Reina el Señor eternamente, reina tu Dios, oh Sión, reina por siglos. R/.

Lectura de la carta del apóstol Santiago: 2, 1-5

Hermanos: Puesto que ustedes tienen fe en nuestro Señor Jesucristo glorificado, no tengan favoritismos. Supongamos que entran al mismo tiempo en su reunión un hombre con un anillo de oro, lujosamente vestido, y un pobre andrajoso, y que fijan ustedes la mirada en el que lleva el traje elegante y le dicen: "Tú, siéntate aquí, cómodamente". En cambio, le dicen al pobre: "Tú, párate allá o siéntate aquí en el suelo, a mis pies". ¿No es esto tener favoritismos y juzgar con criterios torcidos? 

Queridos hermanos, ¿acaso no ha elegido Dios a los pobres de este mundo para hacerlos ricos en la fe y herederos del Reino que prometió a los que lo aman? Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

El racismo y la discriminación siguen lastimando nuestra comunidad eclesial. La verdadera conversión nos urge a ser incluyentes y abiertos con los extraños y diferentes.

ACLAMACIÓN (cfr. Mt 4, 23) R/. Aleluya, aleluya. 

Jesús predicaba el Evangelio del Reino y curaba las enfermedades y dolencias del pueblo. R/.

Lectura (Proclamación) del santo Evangelio según san Marcos: 7, 31-37

En aquel tiempo, salió Jesús de la región de Tiro y vino de nuevo, por Sidón, al mar de Galilea, atravesando la región de Decápolis. Le llevaron entonces a un hombre sordo y tartamudo, y le suplicaban que le impusiera las manos. Él lo apartó a un lado de la gente, le metió los dedos en los oídos y le tocó la lengua con saliva. Después, mirando al cielo, suspiró y le dijo: "¡Effetá!" (que quiere decir "¡Ábrete!"). Al momento se le abrieron los oídos, se le soltó la traba de la lengua y empezó a hablar sin dificultad. 

El les mandó que no lo dijeran a nadie; pero cuanto más se lo mandaba, ellos con más insistencia lo proclamaban; y todos estaban asombrados y decían: "¡Qué bien lo hace todo! Hace oír a los sordos y hablar a los mudos". Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.

Como ciegos y sordos, vamos a tientas por la vida. Ceguera y sordera espirituales que nos aíslan y nos empujan a construir mundos imaginarios, carentes de sustento.

Credo.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Dios nuestro, fuente de la paz y del amor sincero, concédenos glorificarte por estas ofrendas, y unirnos fielmente a ti por la participación en esta Eucaristía; Por Jesucristo, nuestro Señor.

Prefacio para los Domingos del Tiempo ordinario

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Jn 8, 12)

Yo soy la luz del mundo, dice el Señor; el que me sigue no caminará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Tú que nos has instruido con tu palabra y alimentado con tu Eucaristía, concédenos, Señor, aprovechar estos dones para que vivamos aquí unidos a tu Hijo y podamos, después, participar de su vida inmortal. Por Jesucristo, nuestro Señor.

UNA REFLEXIÓN PARA NUESTRO TIEMPO.-Por más que avancen las conquistas tecnológicas de la humanidad, seguimos siendo vulnerables. Nuevos virus mutantes se presentan de improviso; azuelan ciudades y poblaciones, sembrando muerte y desconcierto. En realidad, no somos tan fuertes como la vanidad nos hace creer. Nuestra debilidad es patente. Los cristianos reconocemos nuestra fragilidad y estamos urgidos de trabajar en pro de la construcción de una mejora de la salud y el bienestar generales. Las crisis sanitarias recientes nos invitan a mirar hacia Dios, para pedirle su bendición, y hacia nosotros mismos, para revisar nuestros estilos de vida y aprender a vivir de manera más cuidadosa y responsable. Nuestro país está muy maltratado. Es un macroorganismo enfermo que necesita de una terapia intensiva. La fe nos anima a cuidar de nuestro entorno.