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Lecturas del Martes 1 de Septiembre de 2009

MARTES 1

Nuestra Señora de los Remedios

Santos: San Gil de Casayo, abad. Beata Juana Soderini, laica. Feria (Verde)

ANTÍFONA DE ENTRADA (Sal 87, 3)

Que llegue hasta ti mi súplica, Señor y encuentren acogida mis plegarias.

ORACIÓN COLECTA

Ayúdanos, Señor, a dejar en tus manos paternales todas nuestras preocupaciones, a fin de que podamos entregarnos con mayor libertad a tu servicio. Por nuestro Señor Jesucristo...

LITURGIA DE LA PALABRA

Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los tesalonicenses: 5, 1-6. 9-11

Hermanos: Por lo que se refiere al tiempo y a las circunstancias de la venida del Señor, no necesitan que les escribamos nada, puesto que ustedes saben perfectamente que el día del Señor llegará como un ladrón en la noche. Cuando la gente esté diciendo: "¡Qué paz y qué seguridad tenemos!", de repente vendrá sobre ellos la catástrofe, como de repente le vienen a la mujer encinta los dolores del parto, y no podrán escapar. 

Pero a ustedes, hermanos, ese día no los tomará por sorpresa, como un ladrón, porque ustedes no viven en tinieblas, sino que son hijos de la luz y del día, no de la noche y las tinieblas. 

Por lo tanto, no vivamos dormidos, como los malos; antes bien, mantengámonos despiertos y vivamos sobriamente. Porque Dios no nos ha destinado al castigo eterno, sino a obtener la salvación por medio de nuestro Señor Jesucristo. Porque Él murió por nosotros para que, cuando Él vuelva, ya sea que estemos vivos o hayamos muerto, vivamos siempre con Él. Por eso anímense mutuamente y ayúdense unos a otros a seguir progresando, como de hecho ya lo hacen. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

La incertidumbre y la ignorancia son lo único seguro en relación con la venida del Señor. Nadie sabe predecir el tiempo ni las circunstancias de la llegada del Día del Señor.

Del salmo 26 R/. El Señor es mi luz y mi salvación. 

El Señor es mi luz y mi salvación, ¿a quién voy a tenerle miedo? El Señor es la defensa de mi vida, ¿quién podrá hacerme temblar? R/. 

Lo único que pido, lo único que busco es vivir en la casa del Señor toda mi vida, para disfrutar las bondades del Señor y estar continuamente en su presencia. R/. 

La bondad del Señor espero ver en esta misma vida. Armate de valor y fortaleza y en el Señor confía. R/.

ACLAMACIÓN (Lc 7, 16) R/. Aleluya, aleluya. 

Un gran profeta ha surgido entre nosotros. Dios ha visitado a su pueblo. R/.

Lectura (Proclamación) del santo Evangelio según san Lucas: 4, 31-37

En aquel tiempo, Jesús fue a Cafarnaúm, ciudad de Galilea, y los sábados enseñaba a la gente. Todos estaban asombrados de sus enseñanzas, porque hablaba con autoridad. 

Había en la sinagoga un hombre que tenía un demonio inmundo y se puso a gritar muy fuerte: "¡Déjanos! ¿Por qué te metes con nosotros, Jesús Nazareno? ¿Has venido a destruirnos? Sé que tú eres el Santo de Dios". 

Pero Jesús le ordenó: "Cállate y sal de ese hombre". Entonces el demonio tiró al hombre por tierra, en medio de la gente, y salió de él sin hacerle daño. Todos se espantaron y se decían unos a otros: "¿Qué tendrá su palabra? Porque da órdenes con autoridad y fuerza a los espíritus inmundos y éstos se salen". Y su fama se extendió por todos los lugares de la región. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.

Jesús dispone de una autoridad extraordinaria. Sus órdenes son acatadas por los espíritus malignos. Los hombres alienados recuperan la cordura y se liberan de sus ataduras.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Mira, Señor, con bondad los dones que te presentamos, a fin de que el sacramento de la muerte y resurrección de tu Hijo, nos alcance de ti la vida verdadera. Por Jesucristo, nuestro Señor.

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Sal 22, 1-2)

El Señor es mi pastor, nada me falta; en verdes praderas me hace reposar; me conduce hacia fuentes tranquilas para reparar mis fuerzas.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Te damos gracias, Señor, por habernos alimentado con el Cuerpo y la Sangre de tu Hijo y te rogamos que la fuerza del Espíritu Santo, que nos has comunicado en este sacramento, permanezca en nosotros y transforme toda nuestra vida. Por Jesucristo, nuestro Señor.