VIERNES 5
Santos: Bonifacio de Alemania, mártir, y Eutiquio de Como, obispo. Beato Sancho o Sancio de Córdoba, mártir. Memoria (Rojo)
ANTÍFONA DE ENTRADA (Sal 95, 3-4)
Cuenten a los pueblos su gloria y sus maravillas a todas las naciones; porque grande es el Señor y digno de toda alabanza.
ORACIÓN COLECTA
Señor, que la intercesión de tu mártir san Bonifacio, nos ayude a mantener con firmeza y a proclamar con nuestras obras, aquella misma fe que él predicó con su palabra y atestiguó con su sangre. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
Lectura del libro de Tobías: 11, 5-17
Ana se sentaba todos los días y observaba el camino para ver si regresaba su hijo Tobías. Un día vio que se acercaba y le dijo a su esposo Tobit: "Ya viene tu hijo con el hombre que lo acompañó".
Rafael le dijo a Tobías antes de que llegaran a donde estaba el padre de éste: "Estoy seguro de que sus ojos se abrirán. Úntale la hiel del pescado en los ojos y el medicamento le quitará las manchas blancas de los ojos. Entonces tu padre recobrará la vista y podrá ver la luz”.
Ana se acercó y abrazó a su hijo, diciéndole: "¡Hijo mío, ya puedo morir, después de verte!". Y rompió a llorar. Tobit se levantó, y a tropezones llegó hasta la puerta del patio. Entonces Tobías corrió a su encuentro, con la hiel del pescado en la mano, le sopló en los ojos, lo sostuvo y le dijo: "¡Padre mío, ten ánimo!". Entonces le untó el medicamento y con sus dos manos le desprendió las manchas brancas que tenía en los lagrimales. Tobit, al ver a su hijo, lo abrazo entre lagrimas y le dijo: "¡Hijo mío, luz de mis ojos: ya puedo verte!". Y añadió: "¡Bendito sea Dios y bendito sea su excelso nombre; benditos sean todos sus ángeles para siempre, porque Él me castigó, pero ahora ya puedo ver a mi hijo Tobías!".
Tobit y Ana, su esposa, entraron en la casa, llenos de alegría y alabando a Dios a voz en cuello por todo lo que les había sucedido. Entonces Tobías le contó a su padre que el Señor Dios lo había conducido por el mejor camino; que había traído el dinero; que había tomado como esposa a Sara, hija de Ragüel, y que ella estaba ya cerca de las puertas de Nínive. Tobit y Ana, llenos de alegría, salieron al encuentro de su nuera, a las puertas de Nínive.
Los ninivitas, al ver que Tobit venía caminando con pasos seguros, sin que nadie lo llevara de la mano, se quedaron admirados. Tobit alababa y bendecía a Dios con grandes voces delante de todos ellos, porque Dios se había compadecido de él y le había devuelto la vista.
Tobit se acercó a Sara, la esposa de su hijo Tobías, y la bendijo con estas palabras: "¡Bienvenida seas, hija mía! ¡Bendito sea tu Dios, que te ha traído a nosotros! ¡Bendito sea tu padre, bendito sea mi hijo Tobías y bendita seas tú, hija! ¡Bienvenida seas a tu casa! Que goces de alegría y bienestar. Entra, hija mía".
Y aquel fue un día de fiesta para todos los judíos que habitaban en Nínive. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
La curación de Tobit y la boda de Tobías son presentados como manifestaciones palpables de la misericordia de Dios. El justo que permanece fiel verá la luz desprendió.
Del salmo 145 R/. Alaba, alma mía, al Señor.
Alaba, alma mía, al Señor; alabaré al Señor toda mi vida; cantaré y tocaré para mi Dios, mientras yo exista. R/.
El Señor siempre es fiel a su palabra, y es quien hace justicia al oprimido; Él proporciona pan a los hambrientos y libera al cautivo. R/.
Abre el Señor los ojos de los ciegos y alivia al agobiado. Ama el Señor al hombre justo y toma al forastero a su cuidado. R/.
A la viuda y al huérfano sustenta y trastorna los planes del inicuo. Reina el Señor eternamente, reina tu Dios, oh Sión, reina por siglos. R/.
ACLAMACIÓN (Jn 14, 23) R/. Aleluya, aleluya.
El que me ama cumplirá mi palabra y mi Padre lo amará y haremos en él nuestra morada, dice el Señor. R/.
Lectura (Proclamación) del santo Evangelio según san Marcos: 12, 35-37
"Un día, mientras enseñaba en el templo, Jesús preguntó: "¿Cómo pueden decir los escribas que el Mesías es hijo de David? El mismo David, inspirado por el Espíritu Santo, ha declarado: Dijo el Señor a mi Señor:
Siéntate a mi derecha y yo haré de tus enemigos el estrado donde pongas los pies. Si el mismo David lo llama 'Señor', ¿cómo puede ser hijo suyo?". La multitud que lo rodeaba, que era mucha, lo escuchaba con agrado. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
Los conceptos y las fórmulas teológicas son insuficientes para expresar la realidad misteriosa de Dios y su Mesías. Los catequistas y predicadores necesitamos reconocer nuestra insuficiencia.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Bendice, Señor, los dones que te presentamos en honor de san Bonifacio, para que quienes vamos a participar de ellos por la comunión, alcancemos el perdón de nuestras culpas y la abundancia de tu gracia. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (cfr. Lc 10, 19)
El Señor envió a sus discípulos a proclamar por las ciudades: El Reino de Dios está cerca de ustedes.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Que el sacramento que hemos recibido al celebrar gozosos la fiesta de san Bonifacio, reanime nuestras fuerzas para que, a ejemplo suyo, tengamos el valor de ser apóstoles. Por Jesucristo, nuestro Señor.