LUNES 1
Santos: Justino de Palestina, mártir; Aníbal María de Francia, fundador, y Bernardo, María y Gracia de Poblet, mártires. Memoria (Rojo)
ANTÍFONA DE ENTRADA (cfr. Sal 118, 85. 46)
Frente a tu verdad, Señor, vano es el saber de los paganos. Por eso no he tenido miedo de confesar tu Evangelio ante los poderosos.
ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, tú que enseñaste a san Justino que la sabiduría verdadera consiste en conocer a Jesucristo crucificado, concédenos, por la intercesión de tu santo mártir, que nada llegue a separamos de ti ni del amor a la cruz de Jesucristo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos.
LITURGIA DE LA PALABRA
Lectura del libro de Tobías: 1, 3; 2, 1-8
Yo, Tobit, seguía el camino del bien y de la justicia todos los días de mi vida y daba muchas limosnas a mis hermanos, los judíos que habían sido deportados junto conmigo a la ciudad de Nínive, en Asiría.
Durante el reinado de Asaradón regresé a mi casa y me devolvieron a mi esposa, Ana, y a mi hijo, Tobías. En Pentecostés, que es nuestra fiesta de acción de gracias por las cosechas, me prepararon una gran comida y me dispuse a comer. Cuando me trajeron los platillos y vi que eran tantos, le dije a mi hijo Tobías: "Ve a buscar a alguno de nuestros hermanos pobres, cautivos en Nínive, que tenga puesta en el Señor toda su mente y todo su corazón, y tráelo, para que coma conmigo. Y te esperaré hasta que vuelvas". Tobías se fue a buscar a alguno de nuestros hermanos pobres y al regresar, me dijo: "¡Padre!". Yo le respondí: "Dime, hijo". Él prosiguió: "Asesinaron a uno de nuestro pueblo: lo llevaron a la plaza, lo ahorcaron y ahí está todavía". De un salto me levanté de la mesa, sin probar bocado, y llevé el cadáver a una casa, hasta que el sol se ocultara y lo pudiera sepultar. Volví a mi casa, me lavé y comí con lágrimas mi pan, recordando las palabras que el profeta Amós pronunció contra Betel: "Todas las fiestas de ustedes se convertirán en llanto, y todas sus canciones, en lamentos". Y rompí a llorar.
Cuando el sol se metió, fui, cavé una fosa y lo enterré. Mis vecinos se burlaban de mí y me decían: "Este hombre nunca va a escarmentar. Ya una vez lo condenaron a muerte por este mismo delito, pero se escapó, y ahora sigue enterrando a los muertos". Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
Tobit es un israelita fiel a Dios, que se compadece de las desgracias de sus hermanos, aun a riesgo de su vida. Esta historia ejemplar cuestiona la hondura de nuestras convicciones.
Del salmo 111 R/. Dichosos los que temen al Señor.
Dichosos los que temen al Señor y aman de corazón sus mandamientos; poderosos serán sus descendientes. Dios bendice a los hijos de los buenos. R/.
Fortuna y bienestar habrá en su casa, siempre obrarán conforme a la justicia. Quien es justo, clemente y compasivo, como una luz en las tinieblas brilla. R/.
Quienes, compadecidos, prestan y llevan su negocio honradamente, jamás se desviarán; vivirá su recuerdo para siempre. R/.
ACLAMACIÓN (cfr. Ap 1, 5) R/. Aleluya, aleluya.
Señor Jesús, testigo fiel, primogénito de los muertos, tu amor por nosotros es tan grande, que has lavado nuestras culpas con tu sangre. R/.
Lectura (Proclamación) del santo Evangelio según san Marcos: 12, 1-12
En aquel tiempo, Jesús comenzó a hablar en parábolas a los sumos sacerdotes, a los escribas y a los ancianos y les dijo: "Un hombre plantó una viña, la rodeó con una cerca, cavó un lagar, construyó una torre para el vigilante, se la alquiló a unos viñadores y se fue de viaje al extranjero.
A su tiempo, les envió a los viñadores a un criado para recoger su parte del fruto de la viña. Ellos se apoderaron de él, lo golpearon y lo devolvieron sin nada. Les envió otro criado, pero ellos lo descalabraron y lo insultaron. Volvió a enviarles a otro y lo mataron. Les envió otros muchos y los golpearon o los mataron.
Ya sólo le quedaba por enviar a uno, su hijo querido, y finalmente también se lo envió, pensando: 'A mi hijo sí lo respetarán'. Pero al verlo llegar, aquellos viñadores se dijeron: 'Éste es el heredero; vamos a matarlo y la herencia será nuestra'. Se apoderaron de él, lo mataron y arrojaron su cuerpo fuera de la viña.
¿Qué hará entonces el dueño de la viña? Vendrá y acabará con esos viñadores y dará la viña a otros. ¿Acaso no han leído en las Escrituras: La piedra que desecharon los constructores es ahora la piedra angular. Esto es obra de la mano del Señor, es un milagro patente?". Entonces los sumos sacerdotes, los escribas y los ancianos, quisieron apoderarse de Jesús, porque se dieron cuenta de que por ellos había dicho aquella parábola, pero le tuvieron miedo a la multitud, dejaron a Jesús y se fueron de ahí. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
La parábola refleja indudablemente la conciencia que Jesús adquiere de su próxima muerte. Tales presagios amenazadores no lo detienen. Jesús se mantiene fiel al proyecto del Padre.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Concédenos, Señor, celebrar dignamente este misterio de la Eucaristía, que tan valerosamente defendió el mártir san Justino. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (1 Co 2, 2)
Cuando estuve entre ustedes, nunca me precié de otra cosa que de conocer a Jesucristo crucificado.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Tú, que nos has alimentado con el pan que da la vida, concédenos, Señor, que siguiendo la enseñanzas de san Justino, vivamos en continua acción de gracias por tus dones. Por Jesucristo, nuestro Señor.