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Lecturas del Domingo 31 de Mayo de 2009 - Pentecostés

DOMINGO 31 

DOMINGO DE PENTECOSTÉS 

La Visitación de la Santísima Virgen María 

Misa vespertina de la vigilia 

Esta Misa se dice en la tarde del sábado, ya sea antes o después de las primeras Vísperas del domingo de Pentecostés. 

ANTÍFONA DE ENTRADA (Rm 5, 5; 8, 11) 

El amor a Dios ha sido infundido en nuestros corazones por el Espíritu Santo, que habita en nosotros. Aleluya. 

Se dice Gloria. 

ORACIÓN COLECTA 

Dios eterno y todopoderoso, que quisiste consumar el misterio de la muerte, resurrección y ascensión de tu Hijo, con la venida del Espíritu Santo, renueva el prodigio de Pentecostés y haz que todos los pueblos de la tierra superen con tu amor sus diferencias y te reconozcan como Padre. Por nuestro Señor Jesucristo... 

LITURGIA DE LA PALABRA 

Lectura del libro del profeta Ezequiel: 37,1-14 

En aquellos días, la mano del Señor se posó sobre mí, y su espíritu me trasladó y me colocó en medio de un campo lleno de huesos. Me hizo dar vuelta en torno a ellos. Había una cantidad innumerable de huesos sobre la superficie del campo y estaban completamente secos. Entonces el Señor me preguntó: "Hijo de hombre, ¿podrán acaso revivir estos huesos?". Yo respondí: "Señor, tú lo sabes". Él me dijo: "Habla en mi nombre a estos huesos y diles: 'Huesos secos, escuchen la palabra del Señor. Esto dice el Señor Dios a estos, huesos: He aquí que yo les infundiré el espíritu y revivirán. Les pondré nervios, haré que les brote carne, la cubriré de piel, les infundiré el espíritu y revivirán. Entonces reconocerán ustedes que yo soy el Señor' ". 

Yo pronuncié en nombre del Señor las palabras que Él me había ordenado, y mientras hablaba, se oyó un gran estrépito, se produjo un terremoto y los huesos se juntaron unos con otros. Y vi cómo les iban saliendo nervios y carne y cómo se cubrían de piel; pero no tenían espíritu. Entonces me dijo el Señor: "Hijo de hombre, habla en mi nombre al espíritu y dile: 'Esto dice el Señor: Ven, espíritu, desde los cuatro vientos y sopla sobre estos muertos, para que vuelvan a la vida' ". 

Yo hablé en nombre del Señor, como Él me había ordenado. Vino sobre ellos el espíritu, revivieron y se pusieron de pie. Era una multitud innumerable. El Señor me dijo: "Hijo de hombre: Estos huesos son toda la casa de Israel, que ha dicho: 'Nuestros huesos están secos; pereció nuestra esperanza y estamos destrozados'. Por eso; habla en mi nombre y diles: 'Esto dice el Señor: Pueblo mío, yo mismo abriré sus sepulcros, los haré salir de ellos y los conduciré de nuevo a la tierra de Israel. Cuando abra sus sepulcros y los saque de ellos, pueblo mío, ustedes dirán que yo soy el Señor. Entonces les infundiré mi Espíritu, los estableceré en su tierra y sabrán que yo, el Señor, lo dije y lo cumplí' ". Palabra de Dios. Te alabamos, Señor. 

Del salmo 103 R/. Envía, Señor, tu Espíritu, a renovar la tierra. Aleluya. 

Bendice al Señor, alma mía; Señor y Dios mío, inmensa es tu grandeza. Te vistes de belleza y majestad, la luz te envuelve como un manto. R/. 

¡Qué numerosas son tus obras, Señor, y todas las hiciste con maestría! La tierra está llena de tus creaturas. Bendice al Señor, alma mía. R/. 

Todos los vivientes aguardan que les des de comer a su tiempo; les das el alimento y lo recogen, abres tu mano y se sacian de bienes. R/. 

Si retiras tu aliento, toda creatura muere y vuelve al polvo. Pero envías tu espíritu, que da vida, y renuevas el aspecto de la tierra. R/. 

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los romanos: 8, 22-27

Hermanos: Sabemos que la creación entera gime hasta el presente y sufre dolores de parto; y no sólo ella, sino también nosotros, los que poseemos las primicias del Espíritu, gemimos interiormente, anhelando que se realice plenamente nuestra condición de hijos de Dios, la redención de nuestro cuerpo. Porque ya es nuestra la salvación, pero su plenitud es todavía objeto de esperanza. Esperar lo que ya se posee no es tener esperanza, porque, ¿cómo se puede esperar lo que ya se posee? En cambio, si esperamos algo que todavía no poseemos, tenemos que esperado con paciencia. 

El Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad, porque nosotros no sabemos pedir lo que nos conviene; pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos que no pueden expresarse con palabras. Y Dios, que conoce profundamente los corazones, sabe lo que el Espíritu quiere decir, porque el Espíritu ruega conforme a la voluntad de Dios, por los que le pertenecen. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor. 

ACLAMACIÓN R/. Aleluya, aleluya. 

Ven, Espíritu Santo, llena los corazones de tus fieles y enciende en ellos el fuego de tu amor. R/. 

Lectura (Proclamación) del santo Evangelio según san Juan: 7, 37-39 

El último día de la fiesta, que era el más solemne, exclamó Jesús en voz alta: "El que tenga sed, que venga a mí; y beba, aquel que cree en mí. Como dice la Escritura: Del corazón del que cree en mí brotarán ríos de agua viva". Al decir esto, se refería al Espíritu Santo que habían de recibir los que creyeran en Él, pues aún no había venido el Espíritu, porque Jesús no había sido glorificado. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús. 

Credo. 

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS 

Que tu Espíritu santificador descienda, Señor, sobre estos dones e inunde de amor a tu Iglesia para que ésta pueda ser, en medio del mundo, tu signo y tu instrumento de salvación. Por Jesucristo, nuestro Señor. 

PREFACIO 

En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre Santo, Dios todopoderoso y eterno. 

Porque tú, para llevar a su plenitud el misterio pascual, has enviado hoy al Espíritu Santo sobre aquellos a quienes adoptaste como hijos al injertados en Cristo, tu Unigénito. 

Este mismo Espíritu fue quien, al nacer la Iglesia, reveló a todos los pueblos el misterio de Dios y unió la diversidad de las lenguas en la confesión de una misma fe. 

Por eso, el mundo entero se desborda de alegría y también los coros celestiales, los ángeles y los arcángeles, cantan sin cesar el himno de tu gloria: Santo, Santo, Santo... 

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Jn 7, 37) 

El último día de la fiesta, Jesús se puso de pie y exclamó: El que tenga sed, que venga a mí y beba. Aleluya. 

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN 

Que el sacramento que hemos recibido, nos comunique, Señor, el fuego del Espíritu Santo que infundiste a tus Apóstoles el día de Pentecostés. Por Jesucristo, nuestro Señor. 

Misa del día 

ANTÍFONA DE ENTRADA (Sb 1, 7) 

El Espíritu del Señor ha llenado toda la tierra; Él da unidad a todas las cosas y se hace comprender en todas las lenguas. Aleluya. 

Se dice Gloria. 

ORACIÓN COLECTA

Dios nuestro, que por el misterio de Pentecostés santificas a tu Iglesia extendida por todas las naciones, concede al mundo entero los dones del Espíritu Santo y continúa realizando entre los fieles la unidad y el amor de la primitiva Iglesia. Por nuestro Señor Jesucristo... 

LITURGIA DE LA PALABRA 

Lectura del libro de los Hechos de los Apóstoles: 2, 1-11 

El día de Pentecostés, todos los discípulos estaban reunidos en un mismo lugar. De repente se oyó un gran ruido que venía del cielo, como cuando sopla un viento fuerte, que resonó por toda la casa donde se encontraban. Entonces aparecieron lenguas de fuego, que se distribuyeron y se posaron sobre ellos; se llenaron todos del Espíritu Santo y empezaron a hablar en otros idiomas, según el Espíritu los inducía a expresarse. 

En esos días había en Jerusalén judíos devotos, venidos de todas partes del mundo. Al oír el ruido, acudieron en masa y quedaron desconcertados, porque cada uno los oía hablar en su propio idioma. 

Atónitos y llenos de admiración, preguntaban: "¿No son galileos todos estos que están hablando? ¿Cómo, pues, los oímos hablar en nuestra lengua nativa? Entre nosotros hay medos, partos y e1amitas; otros vivimos en Mesopotamia, Judea, Capadocia, en el Ponto y en Asia, en Frigia y en Panfilia, en Egipto o en la zona de Libia que limita con Cirene. Algunos somos visitantes, venidos de Roma, judíos y prosélitos; también hay cretenses y árabes. Y sin embargo, cada quien los oye hablar de las maravillas de Dios en su propia lengua". Palabra de Dios. Te alabamos, Señor. 

El Espíritu transforma la capacidad de lenguaje de los primeros misioneros; éstos se hacen entender de gente proveniente de las más diferentes lenguas y culturas. 

Del salmo 103 R/. Envía, Señor, tu Espíritu a renovar la tierra. Aleluya. 

Bendice al Señor, alma mía; Señor y Dios mío, inmensa es tu grandeza. ¡Qué numerosas son tus obras, Señor! La tierra está llena de tus creaturas. R/. 

Si retiras tu aliento, toda creatura muere y vuelve al polvo. Pero envías tu espíritu, que da vida, y renuevas el aspecto de la tierra. R/. 

Que Dios sea glorificado para siempre y se goce en sus creaturas. Ojalá que le agraden mis palabras y yo me alegraré en el Señor. R/. 

Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los corintios: 12, 3-7. 12-13 

Hermanos: Nadie puede llamar a Jesús "Señor", si no es bajo la acción del Espíritu Santo. 

Hay diferentes dones, pero el Espíritu es el mismo. Hay diferentes servicios, pero el Señor es el mismo. Hay diferentes actividades, pero Dios, que hace todo en todos, es el mismo. En cada uno se manifiesta el Espíritu para el bien común. Porque así como el cuerpo es uno y tiene muchos miembros y todos ellos, a pesar de ser muchos, forman un solo cuerpo, así también es Cristo. Porque todos nosotros, seamos judíos o no judíos, esclavos o libres, hemos sido bautizados en un mismo Espíritu para formar un solo cuerpo, y a todos se nos ha dado a beber del mismo Espíritu. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor. 

El Espíritu de Jesús se derrama sobre los discípulos y los alienta a conformarse como un cuerpo armoniosamente trabado, que hace presente a Jesús en forma sacramental. 

SECUENCIA 

1 Ven, Dios Espíritu Santo,
 y envíanos desde el cielo
tu luz, para iluminamos. 

6 Sin tu inspiración divina
los hombres nada podemos
y el pecado nos domina. 

2 Ven ya, padre de los pobres,
luz que penetra en las almas,
dador de todos los dones.
 7 Lava nuestras inmundicias,
fecunda nuestros desiertos
y cura nuestras heridas.
3 Fuente de todo consuelo,
amable huésped del alma,
paz en las horas de duelo.
 8 Doblega nuestra soberbia,
calienta nuestra frialdad,
endereza nuestras sendas.
 4 Eres pausa en el trabajo,
brisa, en un clima de fuego,
 consuelo, en medio del llanto.
 9 Concede a aquellos que ponen
en ti su fe y su confianza
tus siete sagrados dones.

 5.Ven, luz santificadora,
y entra hasta el fondo del alma
de todos los que te adoran. 

 10 Danos virtudes y méritos,
danos una buena muerte
y contigo el gozo eterno.

 

 

 

 

 

    

 

 

 

 


ACLAMACIÓN R/. Aleluya, aleluya. 

Ven, Espíritu Santo, llena los corazones de tus fieles y enciende en ellos el fuego de tu amor. R/. 

Lectura (Proclamación) del santo Evangelio según san Juan: 20,19-23 

Al anochecer del día de la Resurrección, estando cerradas las puertas de la casa donde se hallaban los discípulos, por miedo a los judíos, se presentó Jesús en medio de ellos y les dijo: "La paz esté con ustedes". Dicho esto, les mostró las manos y el costado. Cuando los discípulos vieron al Señor, se llenaron de alegría. 

De nuevo les dijo Jesús: "La paz esté con ustedes. Como el Padre me ha enviado, así también los envío yo". Después de decir esto, sopló sobre ellos y les dijo: "Reciban el Espíritu Santo. A los que les perdonen los pecados, les quedarán perdonados; y a los que no se los perdonen, les quedarán sin perdonar". Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús. 

Los discípulos siguen aferrados al antiguo orden. Las puertas cerradas, el corazón abatido. La paz del resucitado inunda sus vidas y los confirma en la verdad. 

Credo. 

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS 

Señor, que el Espíritu Santo nos haga comprender mejor, según la promesa de tu Hijo, el misterio de este sacrificio y toda la profundidad del Evangelio. Por Jesucristo, nuestro Señor. 

PREFACIO 

En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre Santo, Dios todopoderoso y eterno. 

Porque tú, para llevar a su plenitud el misterio pascual, has enviado hoy al Espíritu Santo sobre aquellos a quienes adoptaste como hijos al injertados en Cristo, tu Unigénito. 

Este mismo Espíritu fue quien, al nacer la Iglesia, reveló a todos los pueblos el misterio de Dios y unió la diversidad de las lenguas en la confesión de una misma fe. 

Por eso, el mundo entero se desborda de alegría y también los coros celestiales, los ángeles y los arcángeles, cantan sin cesar el himno de tu gloria: Santo, Santo, Santo... 

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Hch 2, 4.11) 

Todos quedaron llenos del Espíritu Santo, y proclamaban las maravillas de Dios. Aleluya. 

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN 

Señor, tú que nos concedes participar de la vida divina por medio de tus sacramentos, conserva en nosotros el don de tu amor y la presencia viva del Espíritu Santo, para que esta comunión nos ayude a obtener nuestra salvación eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor. 

Para despedir al pueblo, el diácono o el mismo sacerdote dice: 

Pueden ir en paz. Aleluya, aleluya. 

R/. Demos gracias a Dios. Aleluya, aleluya.