Lecturas Viernes 20 de Marzo de 2009
VIERNES 20
Santos: Martín de Braga, obispo; Fotina, la Samaritana, laica, y Cutberto de Lindisfarne, obispo. Feria (Morado)
ANTÍFONA DE ENTRADA (Sal 85, 8. 10)
Señor, no hay otro dios igual a ti, porque sólo tú eres grande y haces maravillas; porque sólo tú eres Dios.
ORACIÓN COLECTA
Infunde, Señor, en nosotros tu gracia para que podamos dominar nuestras pasiones y permanecer fieles a tus palabras de vida eterna. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
Lectura del libro del profeta Óseas: 14, 2-10
Esto dice el Señor Dios: "Israel, conviértete al Señor, Dios tuyo, pues tu maldad te ha hecho sucumbir. Arrepiéntanse y acérquense al Señor para decide: 'Perdona todas nuestras maldades, acepta nuestro arrepentimiento sincero, que solemnemente te prometemos.
Ya no nos salvará Asiría, ya no confiaremos en nuestro ejército, ni volveremos a llamar "dios nuestro" a las obras de nuestras manos, pues sólo en ti encuentra piedad el huérfano'.
Yo perdonaré sus infidelidades, dice el Señor; los amaré, aunque no lo merezcan, porque mi cólera se ha apartado de ellos. Seré para Israel como rocío; mi pueblo florecerá como el lirio, hundirá profundamente sus raíces, como el álamo, y sus renuevos se propagarán; su esplendor será como el del olivo y tendrá la fragancia de los cedros del Líbano.
Volverán a vivir bajo mi sombra, cultivarán los trigales y las viñas, que serán tan famosas como las del Líbano. Ya nada tendrá que ver Efraín con los ídolos. Yo te he castigado, pero yo también te voy a restaurar, pues soy como un ciprés, siempre verde, y gracias a mí, tú das frutos.
Quien sea sabio, que comprenda estas cosas y quien sea prudente, que las conozca. Los mandamientos del Señor son rectos y los justos los cumplen; los pecadores, en cambio, tropiezan en ellos y caen". Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
Cuando los hijos de Israel aprendan a confiar en Dios y a desechar a los ídolos falsos, disfrutarán del favor divino y crecerán en paz bajo su parra y su higuera.
Del salmo 80 R/. Yo soy tu Dios, escúchame.
Oyó Israel palabras nunca oídas: "He quitado la carga de tus hombros y el pesado canasto de tus manos. Clamaste en la aflicción y te libré. R/.
Te respondí, oculto entre los truenos, y te probé en Meribá, junto a la fuente. Escucha, pueblo mío, mi advertencia. ¡Israel, si quisieras escucharme! R/.
No tendrás otro Dios, fuera de mí, ni adorarás a dioses extranjeros, porque yo, el Señor, soy el Dios tuyo, que te sacó de Egipto, tu destierro. R/.
¡Ojalá que mi pueblo me escuchara y cumpliera Israel mis mandamientos! Comería de lo mejor de mi trigo y yo lo saciaría con miel silvestre". R/.
ACLAMACIÓN (Mt 4.17) R/. Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
Conviértanse, dice el Señor, porque ya está cerca el Reino de los cielos. R/.
Lectura (Proclamación) del santo Evangelio según san Marcos: 12, 28-34
En aquel tiempo, uno de los escribas se acercó a Jesús y le preguntó: "¿Cuál es el primero de todos los mandamientos?". Jesús le respondió: "El primero es: Escucha, Israel: El Señor, nuestro Dios, es el único Señor; amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente y con todas tus fuerzas. El segundo es éste: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. No hay ningún mandamiento mayor que éstos".
El escriba replicó: "Muy bien, Maestro. Tienes razón cuando dices que el Señor es único y que no hay otro fuera de Él, y amarlo con todo el corazón, con toda el alma, con todas las fuerzas, y amar al prójimo como a uno mismo, vale más que todos los holocaustos y sacrificios" .
Jesús, viendo que había hablado muy sensatamente, le dijo: "No estás lejos del Reino de Dios". Y ya nadie se atrevió a hacerle más preguntas. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
No existe una medida exacta para sopesar la mayor o menor importancia de los mandamientos. No obstante, Jesús asocia el amor a Dios y el amor al prójimo como realidades fundamentales.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Mira, Señor, con benevolencia los dones que te presentamos; que te sean agradables y se conviertan para nosotros en fuente de salvación. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio 1- V de Cuaresma
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (cfr. Mc 12, 33)
Amar a Dios con todo el corazón y al prójimo como a uno mismo, vale más que todos los sacrificios.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Que la fuerza de tu Espíritu vigorice, Señor, todo nuestro ser para que podamos obtener plenamente la salvación, cuya prenda hemos recibido en esta Eucaristía. Por Jesucristo, nuestro Señor.