Oraciones por los difuntos
Oración por un hermano, pariente o bienhechor difuntos
Dios nuestro, fuente de perdón y de salvación, por medio de Santa María de Guadalupe y de todos los santos, concede a mi hermano (a) N.., (pariente N., bienhechor N.), que ha salido ya de este mundo, alcanzar la vida eterna. Por Cristo nuestro Señor.
Amén.
Oración por un difunto que ha padecido una larga enfermedad
Señor y Dios nuestro, que concediste a nuestro (a) hermano (a) N.., mantenerse fiel a ti en su larga enfermedad y seguir el ejemplo de la paciencia de tu Hijo, concédele también alcanzar el premio de tu gloria. Por Cristo nuestro Señor.
Amén.
Oración por todos los difuntos
Dios todopoderoso, por la muerte de Jesucristo, tu Hijo, destruiste nuestra muerte; por su reposo en el sepulcro santificaste las sepulturas y por su gloriosa resurrección nos restituiste la vida a la inmortalidad. Escucha nuestra oración por aquellos que muertos en Cristo y consepultados en él, anhelan la feliz esperanza de la resurrección.
Concede, Señor de vivos y muertos, a cuantos en la tierra te conocieron por la fe, alabarte sin fin en el cielo. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén
Oración de los padres por un hijo difunto
Recibe, Señor, el alma de nuestro (a) hijo (a) que has querido llamar cerca de ti: concédele por intercesión de Santa María de Guadalupe que, libre de toda culpa, llegue a participar de la vida eterna y de la luz que jamás terminará, y pueda unirse a los santos y elegidos en la gloria de la resurrección. Por Cristo nuestro Señor.
Amén.
Oración a María al perder un ser querido
Oración a la Virgen por la muerte de un hijo
Señora Mía
¡Qué dolor el tuyo!
¡Qué dolor el mío!
¡Qué dolor el de ambas!
¡Se nos ha muerto un hijo!
El tuyo más grande,
el mío pequeñito,
¡Los dos tan hermosos!
¡Un Dios y un niñito!
¡Qué dolor el tuyo,
entregarlo a los hombres;
qué dolor el mío,
entregárselo a Dios!
¡Qué alegría la tuya! ¡Me alegro por ti!
¡Vives ya con ellos! ¡Te abrazan al fin!
Padre, te has llevado a mi esposo(a). Hemos recorrido juntos una parte de nuestro camino de esta vida. Hemos condividido las alegrías y las penas, los gozos y las dificultades. Fue hermoso, aunque no siempre fue fácil. De todo te doy gracias.
Ahora mi esposo(a) se ha ido. He quedado solo(a). A él (ella) dale la felicidad eterna; a mi dame la fuerza de poder decir: hágase tu santa voluntad. Y haz que un día, nos encontremos en la Patria eterna. María, consuelo de los afligidos, intercede por nosotros. Amén.
Padre Celestial, que nos has dado el don de la libertad para amar y seguir Tus caminos y mandamientos. Perdona a aquellos padres que abusando de esta libertad destruyen el don de la vida que Tú le has dado a sus hijos. Perdona a esos que destruyen la vida humana abortando el bebé que esperan. Dales a estos niños por nacer la oportunidad de gozar de Tu presencia por toda la eternidad.