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Oraciones de alabanza

Oración al Espíritu Santo 3

 Oración al Espíritu Santo

Espíritu Santo,
Inspiradnos la práctica del bien.
Espíritu Santo,
Dadnos el mérito de las virtudes.
Espíritu Santo,
Haced que perseveremos en la justicia.
Espíritu Santo,
Sed Vos mismo nuestra recompensa.
Espíritu Santo,
Llenad los corazones de los fieles
y encended en ellos el fuego de vuestro divino amor.

Señor nuestro Jesucristo...

Señor nuestro Jesucristo...

 

Señor nuestro Jesucristo, que en este sacramento admirable nos dejaste el memorial de tu pasión, concédenos venerar de tal modo los sagrados misterios de tu cuerpo y de tu sangre, que experimentemos constantemente en nosotros el fruto de tu redención. Tú que vives y reinas con el Padre, en unidad con el Espíritu Santo por los siglos de los siglos.

 

Amén.

Señor Dios...

Señor Dios...

Señor, Dios, que por el amor inefable que nos tienes nos enriqueces con toda clase de bendiciones, concédenos pasar de nuestras antiguas faltas a una vida nueva, para prepararnos convenientemente a la gloria del reino celestial. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, quién contigo vive y reina en unidad con el Espíritu Santo, por los siglos de los siglos.

Amén.

Quédate con nosotros, Señor Jesús

Quédate con nosotros, Señor Jesús

Quédate con nosotros, Señor Jesús, porque el día ya se acaba; sé nuestro compañero de camino, levanta nuestros corazones, reanima nuestra esperanza, así nosotros, junto con nuestros hermanos, podremos reconocerte en las Escrituras y en la fracción del pan. Tú que vives y reinas con el Padre y el Espíritu Santo, por los siglos de los siglos.

 

Amén.

Jesucristo, Palabra del padre

Jesucristo, Palabra del padre

 

Jesucristo, Palabra del Padre,
luz eterna de todo creyente:
ven, Señor, porque ya se hace tarde,
ven y escucha la súplica ardiente.

Cuando el mundo dormía en tinieblas,
en tu amor, tú quisiste ayudarlo
y trajiste, viniendo a la tierra,
esa vida que puede salvarlo.

Ya madura la historia en promesas,
sólo anhela tu pronto regreso;
si el silencio madura la espera,
el amor no soporta el silencio.

Entre tus manos Señor, está mi vida.

Entre tus manos Señor, está mi vida.

 
 

En tus manos, Señor, pongo mi vida
con todas sus angustias y dolores;
que en ti florezcan frescos mis amores
y que halle apoyo en ti mi fe caída.

Quiero ser como cera derretida
que moldean tus dedos creadores;
y morar para siempre sin temores
de tu costado en la sangrienta herida.

Vivir tu muerte y tus dolores grandes,
disfrutar tus delicias verdaderas
y seguir el camino por donde andes.