En la noche busqué el amor de mi alma,
en mi árido jardín él hizo su morada.
Con perlas de rocío cubrió él mi cabeza,
mi alma está bella, mi bienamado llega.
Ven, amada mía,
ven a mi jardín.
El invierno ya pasó
y las viñas en flor exhalan su frescor,
ven a mi jardín.
Habla mi bienamado,
atisba en la ventana.
El fruto está maduro, mi alma está presta.
Espero su llamado pidiéndome abrir.
Arrulla la paloma,
mi bienamado llama.