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Se llamaba Maria

Se llamaba María
y era como la orilla
por donde asoma el Sol de amanecer.
 
Se llamaba María
y Dios de su sonrisa
se enamoró y la quiso para él.
 
Alégrate, alégrate, alégrate,
porque eres la mujer que Yo soñé.
 
Se llamaba María
y vivía escondida;
estaba desposada con José.
 
Se llamaba María
y era como la brisa
que se levanta en el amanecer.
 
Y un día Gabriel, a Nazaret, bajó y le dijo
que Dios quería ser su Hijo también.
 
Se llamaba María
y era casi una niña
cuando encarnó en su seno al Enmanuel.
 
Se llamaba María
y entre todas bendita
también la llamaría Isabel.
 
Al conocer que, por su fe, había traído
del Cielo al que iba a ser Rey de Israel.
 
Se llamaba María.