Mi alma canta,
canta la grandeza del Señor.
Y mi espíritu se estremece
de gozo en Dios, mi Salvador.
Porque miró con bondad
la pequeñez de su servidora: (bis)
En adelante toda la gente
me llamará feliz,
me llamará feliz,
me llamará feliz.
Derribó del trono
a los poderosos
y elevó a los humildes.
Colmó de bienes a los hambrientos
y despidió a los ricos
con las manos vacías.
Mi alma canta
la grandeza del Señor
y mi espíritu se estremece
de gozo en Dios, mi salvador.