Señor, no soy nada.
¿Por qué me has llamado?
Has pasado por mi puerta
y bien sabes que soy pobre
y soy débil.
¿Por qué te has fijado en mí?
ME HAS SEDUCIDO, SEÑOR,
CON TU MIRADA. ME HAS HABLADO
AL CORAZóN Y ME HAS QUERIDO.
ES IMPOSIBLE CONOCERTE
Y NO AMARTE.
ES IMPOSIBLE AMARTE Y NO SEGUIRTE.
ME HAS SEDUCIDO, SEÑOR.
Señor, yo te sigo
y quiero darte lo que pides.
Aunque hay veces que me cuesta
darlo todo, Tú lo sabes; yo
soy tuyo. Caminas, Señor,
junto a mí.
Señor, hoy tu nombre
es más que una palabra.
Es tu voz que hoy resuena
en mi interior, y me habla
en el silencio.
¿Qué quieres que haga por Tí?