Exulten los coros de los ángeles,
exulten los ministros de Dios
y que suenen las trompetas de victoria
por el triunfo de Jesús nuestro Señor.
Que se alegre y se goce esta fiesta,
inundada de tanta claridad,
que se sienta libre de la oscuridad,
porque las tinieblas El venció.
GLORIA, GLORIA, GLORIA, GLORIA,
GLORIA, GLORIA, GLORIA, GLORIA.
La Iglesia también se alegrará
revestida de tan brillante luz.
Que resuene este templo, al aclamar
nuestras voces cantando su bondad.
Esta es la fiesta de la Pascua.
Esta es la noche en que llegó
la libertad a su pueblo Israel,
al sacarlo de su esclavitud.
Esta es la noche en que se rompen
las cadenas del pecado por Jesús.
Esta es la noche en que Cristo,
a la muerte con su muerte derrotó