La noticia de su muerte me ha impactado profundamente. Era una de las figuras más polémicas del pos concilio, del tardo franquismo y de la Transición. Sacerdote y político.
Ejerció más como político -senador y huelguista- que como sacerdote. Será recordado más por sus excentricidades contestatarias para llamar la atención de la opinión pública por la independencia de Cataluña, que por su entrega al ministerio sacerdotal y pastoral.
Algunos medios han informado que su cuerpo ha sido encontrado en una zona boscosa del Ripolls (Girona) y según confirmó a Europa Press la Policía autonómica, Xirinacs se habría suicidado.
Nadie es quien para juzgar su controvertida y doble personalidad. Como cristiano y sacerdote que soy, encomiendo a la infinita misericordia de Dios, el destino de su alma, lo verdaderamente importante.
Me resisto a creer que, a pesar de su avanzada edad -75 años- con su formación cristiana y los avatares de su agitada vida, se haya suicidado. Solo Dios evaluará su vida al pasar a la otra orilla.
Invito a cuantos creyentes -españoles catalanes- conservan recuerdo de su vida y actividad política , eleven una oración por su definitivo descanso en el más allá. Descanse en paz