En
los últimos años se ha hecho usual en cualquier lugar público oír el
sonido peculiar de un teléfono celular. La gente que tiene uno se pone
en guardia para ver si el suyo es el que suena.
Algunas personas dejan encendido su "celu" en conciertos,
reuniones, misas o juntas importantes, ¡hasta en los salones de clase!
Pero... el contestarlo, ¿es una necesidad innegable?
Tal vez se toma como una forma de dominar la situación, dejándolo
apagado sólo en lugares en que se pide un poco de respeto para las
personas que rodean al poseedor del aparato (sepelios, grabaciones de
cualquier tipo).
En un principio la invasión fue un estatus. El hombre de negocios
que no lo tuviera estaba atrasado, fuera de moda. Ahora el aparatito ha
invadido a una buena parte de la sociedad, ¿quien no ha caído en la
tentación de poseer un artefacto de estos? Sobre todo cuando ahora hay
tantos planes para adquirirlos por precios relativamente accesibles.
La gente se integra al mundo de la comunicación electrónica que no
respeta tiempo para pensar, interrelacionarse, charlar amenamente de
persona a persona -no de celular a celular.
Las comodidades prometidas por quienes promocionan ese medio de
comunicación serían verdaderas si el aparato se usara correctamente,
dándole tiempo definido y prioridades. Definitivamente el aparatito
domina espacio, privacía y tiempo de su propietario.
La privacidad perdida
Antes de este invento, se podía disfrutar tranquilamente de la
compañía. Ahora, hasta en los restaurantes se ve parejas en que uno o
los dos comensales están hablando por su celular, ignorando totalmente
al acompañante.
Este invento de las telecomunicaciones, paradójicamente,
despersonaliza e incomunica, aisla a los "telefoníticos" de su familia,
los compañeros de trabajo y la sociedad en general.
Esclaviza.
Es bueno que algunos profesionistas como médicos y psicólogos estén
disponibles las 24 horas del día para cualquier emergencia, pero ni
todos los trabajos tienen ese nivel de responsabilidad, ni cualquiera
aguanta la presión de estar siempre localizable.
Los empresarios o ejecutivos están esclavizados a la oficina,
secretaria o jefe, ahora no hay pretexto para no atender las
exigencias, que muchas veces son aplastantes, intransigentes o incluso
intrascendentes.
Se pierde la capacidad de análisis.
¡Es increíble que tan singular aparatito posea y domine de tal
forma al hombre! Y más increíble que él -dueño del libre albedrío, que
forja su voluntad para no estar esclavizado a sus pasiones-, se lo haya
permitido, por darle paso a la modernidad y por aprovechar los inventos
maravillosos.
En el pasado, el hombre poseía el don del asombro, ahora para
muchos ésta es una cualidad infantil. Antes la gente observaba la
naturaleza, el cielo, las estaciones del año, las aves, cómo se
comportaba la gente, qué pensaba o sentía.
Pero muchos telefoníticos, ahora están perdiendo su capacidad de
analizar. Por estar tan entregados a "comunicarse" por medio del
celular, a duras penas pueden comunicarse con la persona que está
enfrente.
¡No es tan malo!
Después de ver algunos defectillos de este invento, es justo marcar también sus virtudes:
- Gracias a él, el tiempo rinde más, pues se puede estar en
cualquier momento en contacto con la casa, pacientes, oficina,
clientes, proveedores, incluso el banco.
- Se está localizable, ¡sobre todo en las emergencias!
- Disminuye el síndrome de culpa de los padres que no pueden atender su hogar.
- Gracias al celular se tranquilizan al poder recibir llamadas de sus hijos y "están ahí" cuando los necesitan.
Tips para sacar máxima utilidad al celular:
1.- Dar el número telefónico a personas que entienden que el celular es sólo para emergencias.
2.-Permitirse el "lujo" de tener privacidad en ciertos momentos o lugares, apagándolo.
3.-Utilizar el celular lo menos posible, y observar la magnificencia de vivir en el mundo y con el mundo.
4.-No perder la capacidad de admirar y admirarnos.
5.-De preferencia charlar cara a cara con la familia y los amigos.
6.-Darnos tiempo para disfrutar de la conversación personal.
Definitivamente el teléfono celular es un gran avance, representa
otro paso en la comunicación humana, pero si no se sabe utilizar para
acercarnos entre nosotros, puede convertirse realmente en un retroceso
en nuestra carrera hacia un entendimiento mejor.
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