Fuente: buenasnoticias@arcol.org
- «Es mi esposa» – nos había respondido sonriendo el buen anciano Don Rafael cuando le preguntamos quién era la mujer retratada en el cuadro. «¡Vaya! – le respondimos – pues sí que supo elegir». Su respuesta no se hizo esperar: «Miren, esto es como el vino tinto... Mientras más añejo, mejor».
No
cabe duda que la respuesta de Don Rafael resplandece como una joya,
pues muestra cómo el paso de los años no lacera su cariño, sino que lo
acrecienta. “Hay abuelos que se quieren y su amor es todo lo que tienen”
– canta el grupo español Siempre Así en una de sus melodías. Y es
verdad. Lo único que les queda de aquellos años de juventud se cimienta
en ese quererse continuo y correspondido, alegrando ahora el pasar de
la vejez. Por ello, me ha atribulado mucho lo que dijo Asunción
Balaguer, viuda del fallecido actor Paco Rabal, en una entrevista
concedida al diario español “La Razón”, el pasado 21 de diciembre de
2004: «La mujer que piense que su marido le es siempre fiel es tonta».
¡Qué
barbaridad! Puestas así las cosas, cuántas tonterías vivientes tenemos
en nuestra sociedad. Porque estoy convencido que la mayoría de las
mujeres confía y ama profundamente a sus maridos. Como la señora que me
comentó un día: “¡Mi marido es un santo varón; le deseo uno igual a todas las mujeres!”.
Pero
ahora resulta ser que a la pobre mujer no se la puede bajar de cursi,
simplona o torpe. ¡Que hagan como Michael Douglas y Catherine
Zeta-Jones, que antes de casarse fijaron ante notario qué pagaría cada
uno al otro si se divorcian: eso sí que es ser “inteligente”!
El
catorce de febrero, celebramos San Valentín. Besos, flores y demás
símbolos adornarán la jornada de los enamorados. Supongo que alguien
habrá hecho caso a Doña Asunción y pondrá en sus postales frases como “El amor eterno dura tres meses”, “Piensa mal y acertarás” o reflexiones semejantes.
No sé a ustedes, pero a mí me entra una ligera sospecha. El dicho aquel de que “si no puedes convencerlos, confúndelos”
parece ser la estratagema de muchos supuestos modelos de hoy en día.
Por desgracia, la tierra de algunos corazones donde caen estas semillas
muestran los surcos abiertos y poco llenos del amor auténtico.
El
Papa Juan Pablo II mencionó un día que la belleza salvaría al mundo: la
belleza de amarse en serio y de verdad, con compromiso y no sólo con
sentimentalismos. Un amor que pide entrega incondicional de uno hacia
el otro. Y ahí radica el encanto del matrimonio.
¿Tontos?
Yo diría más bien locos. Aunque la verdad yo no padezco la locura, sino
que disfruto cada minuto de ella. Esa locura de amar a todos los
hombres por igual y de saberme correspondido. Y como el Principito en
el pasaje del zorro de Saint-Exupèry, cada día descubro que mi flor, mi
querida y adorada flor, es única en el mundo. ¡Feliz día de San
Valentín a todos los tontos y locos de este mundo!