Si la llamada llega a tu corazón, no la acalles
( Juan Pablo II: Carta a las jóvenes y a los jóvenes del mundo, 1985. nn. 8 )
Esta es la razón por la que deseo decir a todos vosotros, jóvenes, en esta importante fase del desarrollo de vuestra personalidad masculina o femenina que si tal llamada llega a tu corazón, no la acalles. Deja que se desarrolle hasta la madurez de una vocación. Colabora con esa llamada a través de la oración y la fidelidad a los mandamientos. «La mies es mucha». Hay una gran necesidad de que muchos oigan la llamada de Cristo: «Sígueme».
Hay una enorme necesidad de sacerdotes según el corazón de Dios. LaIglesia y el mundo actual tienen urgente necesidad de un testimonio de vida entregada sin reserva a Dios, del testimonio de este amor esponsal de Cristo que de modo particular haga presente el Reino de Dios entre los hombres y los acerque al mundo. Permitidme, pues, completar aún las palabras de Cristo el Señor sobre la mies que es abundante. Sí es abundante la mies del Evangelio, la de la salvación... «pero los obreros son pocos»... «Rogad, pues, al dueño de la mies que envíe obreros a su mies», continúa diciendo Cristo. Estas palabras, especialmente en nuestro tiempo se convierten en un programa de oración y de acción en favor de las vocaciones sacerdotales y religiosas. Con este programa, la Iglesia se dirige a vosotros, jóvenes. Rogad también vosotros. Y si el fruto de esta oración de la Iglesia nace en lo íntimo de vuestro corazón, escuchad al Maestro que os dice: «Sígueme». |