¿Por qué los adolescentes se sienten tan atraídos por la moda? ¿Por qué buscan maneras extravagantes de vestir y de actuar?
Esto no es asunto privado de la época actual, ya que una
característica distintiva de los adolescentes de todas las épocas, ha
sido la necesidad de encontrarse a sí mismos, de descubrir su
identidad. Para lograrlo, se dejan seducir por las modas, ya que a
través de ellas, tratan de marcar una clara diferencia entre su mundo y
el de los niños, del cual sienten haberse desprendido.
Según el reconocido terapeuta Erik Erikson, quien define la propia
identidad como dar sentido a la propia vida y responde a la pregunta:
¿quién soy yo en realidad?, la búsqueda de la propia identidad
constituye una de las principales tareas de todo adolescente.
Para desarrollarla, el adolescente trata de experimentar, y para
ello prueba diferentes caminos, explora formas de ser, actuar y
expresarse, hasta que encuentra aquellas con las que se siente cómodo y
con las cuales se identifica. Esto constituye un proceso normal y
necesario.
Para los adolescentes de hoy, ese proceso de búsqueda y de
experimentación con las cosas que están de moda, se ha complicado,
puesto que en ninguna época anterior, había tenido a su alcance tantas
opciones.
Hay muchísimas posibilidades en cuanto a: estilo de vida, maneras
de vestir, alternativas para trabajar o para estudiar, formas para
expresarse o maneras de protestar y la moda interviene en todas ellas,
porque no sólo rige la manera de vestir, sino la forma de actuar, las
expresiones, el vocabulario, las actividades recreativas y hasta cursos
y carreras que en su momento están de moda. Ante todo eso, la situación se torna difícil, pues entre más opciones, más confusión.
Generadora de conflictos.
Ese proceso de experimentación y de búsqueda en el que tarde o
temprano todos los jóvenes se ven enfrascados, puede resultar
angustioso y estresante para los padres, ya que los adolescentes suelen
manifestarse rebeldes, temperamentales y malhumorados durante ese
proceso de reafirmación de la propia identidad.
Lo que más desconcierta a los padres durante esos períodos, es el
hecho de que las manifestaciones de la personalidad, los estilos en el
vestir y las amistades, cambian frecuentemente y los períodos de
tensión que dichos cambios generan, son tan impredecibles, que pueden
durar unas cuantas horas, o prolongarse por meses.
Los peligros de la moda.
Cuando la moda se centra en una cabellera más o menos larga o en un
vestuario que raya en lo ridículo, no hay mucho de qué preocuparse,
pues tarde o temprano las aguas del río llegarán a su nivel y el día de
mañana, los muchachos dejarán a un lado los vestuarios estrafalarios.
Sin embargo, cuando los jóvenes para sentirse a la moda desarrollan
conductas antisociales o actúan en contra de los valores, el respeto y
la dignidad, están entrando en terreno peligroso. En ocasiones puede
verse como una moda el demostrar una gran capacidad para
ingerir alcohol o para quebrantar todas las normas de la escuela.
También se puede adoptar la moda de un trato irrespetuoso o de utilizar
un lenguaje agresivo, vulgar y ofensivo.
Es importante orientar y apoyar a los jóvenes, para que tomen
decisiones correctas, pues con esos comportamientos tan de moda entre
muchachos y muchachas, se corre el riesgo de sentar bases equivocadas,
que indudablemente van a repercutir negativamente en sus relaciones
familiares futuras.
Una guía para los padres.
Los padres pueden hacer mucho para ayudar a sus hijos adolescentes
en el proceso de desarrollar su propia identidad, si entre otras cosas,
ponen en práctica lo siguiente:
- Mantener la calma. Actuar con irritación o en forma agresiva, en lugar de solucionar los problemas, los complica.
- Seleccione sus batallas. No conviene hacer un escándalo
por todo. Hay cosas intranscendentes que los padres deben dejarlos
hacer, dándoles oportunidad de que usen su libertad y tomen decisiones.
Cuando se trata de algo vital o trascendente, entonces sí conviene que
los padres orienten, convenzan y exijan.
- Escuche sus motivos. Los adolescentes manejan
razonamientos interesantes, tienen sus motivos para actuar. Lo mejor
que puede hacer es escucharlos activamente y con atención, en vez de
tratar de imponerse en forma autoritaria. Ellos se sentirán tomados en
cuenta y se abrirá la posibilidad del diálogo.
- Pésquelos cuando hacen algo bueno. Muchas veces los
padres enfatizan las fallas y las cosas negativas y cuando sus hijos
hacen algo positivo, no se les da reconocimiento. Si no se toma en
cuenta lo positivo, se puede dar la impresión de que se les ataca por
sistema y sin razón.
- Predique con el ejemplo. Los adolescentes son
particularmente observadores y críticos. Si usted les exige lo que
usted no hace, está perdiendo ante ellos autoridad moral y difícilmente
será convincente cuando quiera orientar su comportamiento.
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