Buena polvareda la que ha producido la homilía sobre la familia del cardenal Rouco en la catedral de la Almudena. Ha logrado soliviantar al colectivo GAY, que no sólo han presentado una absurda denuncia contra él, sino que han aprovechado para arremeter inmisericorde con insultos, calumnias e infundios de todo tipo.(Ver religióndigital nº 471)
Todo por decir una obviedad que está en la mente de la generalidad de la gente:”No se puede equiparar la familia nacida y entrañada en el matrimonio indisoluble del varón y la mujer, a uniones de todo tipo, incluso a las incapaces por naturaleza para tener hijos”.
Por cumplir con su deber de pastor en perfecta sintonía con la divina revelación, el magisterio constante del Magisterio de la Iglesia y del Papa actual, se le ha colocado en la picota de la opinión pública. Ha ello ha contribuido una apresurada desinformación de algunos medios, que han tergiversado las palabras del cardenal, cogiendo el rábano por las hojas.
El cardenal no estableció una relación causa-efecto entre las parejas de hecho, heterosexuales u homosexuales con la quiebra de la Seguridad Social.
Soy testigo de una ola creciente de solidaridad con Rouco, en internet, no sólo de España sino de Hispanoamérica. Nadie piense que los pastores de la Iglesia van a ser perros mudos en defensa de la verdad revelada. Este será siempre su mejor servicio a la sociedad española.