Lo del libro pornográfico publicado por la Junta Socialista de Extremadura y difundido por Internet, pagado con el dinero de los contribuyentes, ha rebasado todos los límites.
Quienes hayan accedido a ver tales monstruosidades perpetradas contra los símbolos más queridos de los cristianos (Jesucristo, la Sma Virgen ), sean de la creencia, cultura, ideología, formación o sensibilidad que sean, admitirán que no existen calificativos suficientes (blasfemos, sacrílegos, injuriosos, denigrantes, demoníacos etc) para rechazar tales muestras de “ libertad de expresión”.
Quien no haya experimentado arcadas y ansias de vomitar, tras ver tales publicaciones es que tiene estragado el paladar, insensible su estómago y más que muerta su humana conciencia.
Es de esperar una reacción masiva, valiente y condenatoria de la mayoría de la gente de Extremadura -personas de bien- para cuantos se han atrevido a echar tal inmundicia en sus nobles corazones cristianos.
Para sus autores o promotores, solo una frase del Evangelio:”Más les valiera que les atasen al cuello una rueda de molino y les arrojasen al fondo del mar”.