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Nudista y arte

El fotógrafo Spencer Tunick está de moda. Su nombre se ha abierto paso entre los “artistas”de hoy, por cultivar el desnudo integral y masivo. Centenares de hombres y mujeres totalmente despelotados, acuden a su reclamo, tal como vinieron al mundo, para llenar calles, plazas y teatros, como el principal de Brujas, para luego invadir el mundo de los medios con sus exóticas y eróticas fotografías.

Todo lo que sea inusual, morboso, llamativo, y rompedor de costumbres de la gran masa, si además tiene el marchamo de “progre”, es inmediatamente aceptado por algunos (as) libres de prejuicios, bien sea para protestar por algo, bien para reivindicar algunos ignotos derechos o como mero entretenimiento o exhibicionismo.

Hay quienes creen que con estos gestos públicos y púbicos, ya se ha alcanzado el techo de auténtica liberación personal o social y que ya se está en vías de lograr el tan cacareado y proclamado progresismo ético y artístico.

No comparto tal optimismo, a no ser que se entienda por liberación personal el simple acto de despojarse de la ropa y de cuanto uno lleva encima. Respecto al progresismo, que es más bien regresismo a la época paleolítica y de las cavernas, propondría, para seguir avanzando en progreso y arte, que la masa de ciudadanos posasen desnudos y a cuatro patas.

Este sí sería el máximo progreso a que podría llegar el homo sapiens de nuestro tiempo.