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"No es fácil ser Papa"

Esta ha sido la respuesta de Benedicto XVI a un grupo de periodistas al acabar sus vacaciones en el valle de Aosta.

Si hay en la tierra una responsabilidad única, singular e incomparable es la de ser el sucesor de Pedro y ser el Vicario de Cristo. Al Papa se le llama Santidad y no como mero título honorífico, sino porque casi todos ven en su persona el referente más claro y nítido de la bondad y santidad divinas.

Ahora bien, a esta responsabilidad y representatividad va aneja una comprometida y difícil misión, que es la de lograr que toda la grey a él confiada, no se aparte un ápice del único Señor Jesucristo, que es el Camino, la Verdad y la Vida para todos.

Como esperamos que el Papa Benedicto busque ser enteramente fiel a esta su misión, deberá estar preparado para toda suerte de contrariedades, oposición y hasta contestación a su enseñanza dentro y fuera de la Iglesia.

Todo esto, naturalmente, le producirá un dolor moral y una pena inconmensurable que sólo con la ayuda de Dios podrá sobrellevar. Está todavía saboreando la miel de su elección. Pronto le llegará la hiel de la contradicción. Le ayudaremos.