Sólo las personas desinformadas o ignaras podrán negar la situación caótica a que se ve abocada la humanidad en su conjunto. Gravísimos problemas de todo tipo amenazan la paz, la convivencia y el futuro de millones de seres humanos en todos los sitios del globo. No hay refugio seguro bajo el sol.
En esta situación se vislumbra una luz de esperanza. Es el recurso “oportune et importune” a la Palabra de Dios. La escucha atenta y reflexiva de la misma, junto con la oración de fe al único Dios vivo y verdadero, por su Hijo Jesucristo , en unión del Espíritu Santo y bajo la intercesión de la Sma Virgen , sería la tabla de salvación para esta pobre humanidad, que camina desnortada a su autodestrucción.
El apóstol S. Pablo escribió en su carta a su discípulo Tito (cap 4.1-5):
“Te conjuro en nombre de Dios y de Cristo Jesús, que ha de venir a juzgar a vivos y muertos, por su Manifestación y por su Reino: Proclama la Palabra, insiste a tiempo y a destiempo, reprende, amenaza, exhorta con toda paciencia y doctrina. Porque vendrá un tiempo en que los hombres no soportarán la sana doctrina, sino que arrastrados por sus pasiones, se harán con un montón de maestros por el prurito de oír novedades :apartarán sus oídos de la verdad y se volverán a las fábulas”.El que tenga oídos para oír que oiga y si hoy escucha la Palabra de Dios que no endurezca su corazón. El tiempo urge.