De injustas, exageradas y no conformes a la realidad, cabe calificar las declaraciones del sedicente “teólogo” católico Sr. Miret Magdalena (Abc.4/9/03), sobre la Iglesia católica y los obispos. Dado en demasía a su incontinencia verbal, arremete sin consideración alguna, contra todo aquello que no es conforme a su inapelable criterio y magisterio personal.
Sus acusaciones caen por su propio peso e inconsistencia. Por de pronto, los obispos no hacen sino repetir, refrendar y defender lo que es y ha sido siempre el Magisterio constante, perenne y oficial de la Iglesia católica, de la que ellos son los legítimos pastores, en temas relacionados con el divorcio, el aborto, la homosexualidad y la enseñanza religiosa.
Roza el señor Miret M. la calumnia cuando afirma que la Iglesia “condena a reputados teólogos, coartando la libertad de investigación de los católicos”. No se corta el insigne “teólogo” al faltar al respeto, de modo despectivo “a los obispos que nos ha tocado aguantar, que sientan cátedra de todo, sin saber de lo que hablan”.
Tras leer las declaraciones del progresista Sr.M.M. queda el católico de a pie absolutamente perplejo. Con declaraciones de este tipo de los que se proclaman “somos Iglesia”,sobran los ataques de los enemigos de la misma.