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La Pascua debe manifestarse en la vida cotidiana

MENSAJE PASCUAL 2009

 

Mensaje de monseñor Ricardo Oscar Faifer, obispo de Goya,

para la Pascual 2009

Abril de 2009

Queridos hermanos y hermanas:

Al escribirles este mensaje y saludo pascual me estoy preparando para mi primera “Visita ad Límina”, motivo de mi carta del mes de febrero del presente año, en la que les pedía que me acompañasen con la oración. Cuando lo lean, ya habré realizado dicha Visita y estaremos viviendo el gozo grande y desbordante de la Pascua de Resurrección.

 

1. Con la Fe de Pedro y el ardor de Pablo

Visitar los sepulcros de los Santos Apóstoles Pedro y Pablo, y allí celebrar la Santa Misa por ustedes, no es para la anécdota turística, sino para una profunda experiencia de fe. Encontrarme con el Papa, Sucesor de San Pedro, no es sólo para la fotografía, sino para que, confirmado en la Comunión del Colegio Apostólico y en la Fe común, pueda confirmar a mis hermanos de la Diócesis de Goya en la alegría y la firmeza de la Fe católica. Que en esta Pascua, los Apóstoles Pedro y Pablo, vivos en el Señor, con su testimonio nos confirmen en la adhesión a Cristo, muerto y Resucitado para nuestra Salvación. Que Pedro nos contagie la firmeza de su fe en el Mesías, Hijo de Dios Vivo (Mt.16,16) y Pablo nos contagie algo del ardor con que amó al Señor Jesucristo (Fil. 3, 7-8).

Hoy, en la Pascua, con la fe de Pedro y el ardor de Pablo, decimos a Jesús Resucitado:

§ Nos conmueve pronunciar tu Nombre. No hay otro en la historia por el cual podamos alcanzar la salvación (Hech. 4,12)

§ Nos conmueve sabernos amados por Vos hasta tu entrega en la cruz (Gal. 2,20). Tu cruz, Señor, habla más fuerte que todas las palabras (1 Cor. 2,2)

§ Nos conmueve contemplarte glorioso en la Resurrección. ¡El Padre aceptó tu ofrenda de obediencia y amor, confirmando la verdad de tu vida y tus palabras, y la fecundidad de tu sacrificio!

§ Nos conmueve saberte muy cercano caminando con nosotros (Lc. 24, 13-35). Te percibimos como Amigo y Señor, luminoso, bueno y poderoso; Hermano triunfador que quiere compartir su triunfo. Por eso, nos sentimos fuertes y esperanzados. Y, en la seguridad de tu presencia y de tu amor, aceptamos en nuestras vidas el camino de tu Pascua, bella y exigente.

 

 2. Panes nuevos en Cristo Resucitado

El camino de la Pascua nos habla de vida nueva, hombre nuevo, luz nueva. Quedan atrás la muerte y el pecado, el hombre viejo, las tinieblas. En efecto, la Pascua es el paso de lo viejo y caduco a la novedad de Cristo.

¡Qué hermoso don de Vida nueva nos ofrece Cristo Resucitado!. ¡Cómo nos urge una respuesta coherente y un compromiso vigilante y continuo!. ¡Que florezca, entonces, la Pascua en una conducta nueva y luminosa en cada uno de nosotros y en las comunidades!.

San Pablo nos presenta esta exigencia de vida nueva con la imagen de la “vieja levadura” y de los “panes nuevos”, pan pascual sin levadura. Por eso, así nos exhorta: “Porque Cristo, nuestra Pascua, ha sido inmolado. Celebremos, entonces, nuestra Pascua, no con la vieja levadura de la malicia y la perversidad, sino con los panes sin levadura de la pureza y la verdad.” (1 Cor. 5, 6b-8).

 

3. La Pascua se manifiesta en la vida de cada día

Queridos hermanos, manifestemos, la Pascua en el paso:

  • de la vieja levadura de la prescindencia cotidiana de Dios al pan nuevo del reconocimiento filial y confiado de su Providencia;
  • de la vieja levadura del individualismo que olvida y excluye al hermano al pan nuevo de la comunión fraterna que se acuerda del hermano y lo incluye;
  • de la vieja levadura del disfrute egoísta y del consumismo avasallador al pan nuevo del compartir solidario y de la sabia sobriedad en el uso de los bienes;
  • de la vieja levadura del atropello a la naturaleza al pan nuevo del razonable respeto al bosque nativo, al agua y a la tierra;
  • de la vieja levadura del voto cautivo en el clientelismo al pan nuevo del voto responsable y sanamente crítico;
  • de la vieja levadura de quien sólo exige derechos al pan nuevo del ciudadano que también cumple sus deberes;
  • de la vieja levadura del desenfreno de una sexualidad irresponsable y violenta al pan nuevo de una sexualidad responsable y casta al servicio del amor y de la vida;
  • de la vieja levadura de la indiferencia y la pereza al pan nuevo del compromiso y la laboriosidad;
  • de la vieja levadura del facilismo, el robo y la corrupción al pan nuevo del esfuerzo personal y colectivo, de la honestidad y de “las manos limpias”.
  • de la vieja levadura de la mentira y del ocultamiento al pan nuevo de la verdad y de la transparencia ;

 4. Saludo

¡Animo, a vivir la novedad de la Pascua!. El Señor Resucitado está con nosotros, nos conforta y capacita, por el don de su Espíritu Santo, para toda clase de palabras y de obras buenas. Con San Pablo afirmamos: “Todo lo puedo en Aquel que me conforta.” (Fil.4,13).

¡Feliz Pascua de Resurrección para Ustedes, sus familias y sus Comunidades!. Nos cuide, en el seguimiento de Jesús, nuestra Tierna Madre de Itatí. Reciban mi abrazo y bendición.

 Mons. Ricardo Faifer, obispo de Goya