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La lucha contra el aborto no es una causa perdida

Ahora que la cuestión del aborto ha vuelto a la primera página de la actualidad gracias a las denuncias efectuadas contra algunos centros abortistas que perpetran abortos a fetos en avanzado estado de gestación, no estará de más volver nuestra mirada a tres lugares en los que se están dando avances en la batalla por la defensa de la vida: Croacia, Estados Unidos e Italia.

La noticia que nos llega desde Croacia no deja de sorprender: sin modificación de la ley del aborto comunista, los abortos practicados en el país han disminuido en un 88,5% desde la caída del comunismo, en 1989, hasta el año 2005. ¿A qué se debe tal fenómeno? Marijo Zivkovic, presidente del Centro por la Familia de Zagreb, avanza algunas claves que ayudan a comprender lo sucedido. En primer lugar, habla de una Iglesia católica y unas asociaciones provida que se han volcado en la transmisión de la cultura de la vida, y que lo han hecho sin medias tintas (en expresivas palabras de Zivkovic, ha sido muy importante “la utilización, por parte de la Iglesia, de un lenguaje no clerical”). Además, el dato de la caída del aborto se enmarca en una tendencia que deja bien a las claras que las sociedades colapsan o recuperan su vigor globalmente: así, junto a la caída de abortos, tenemos un crecimiento demográfico del 11% de los menores de 14 años, un mayor número de familias con al menos tres hijos, una muy baja tasa de divorcios y una tasa de incidencia del sida también muy pequeña. Para mostrar cómo la cultura de la vida ha calado en Croacia baste un último ejemplo: la moneda de 25 Kunas, que representa a un niño en el vientre de su madre (¿para cuándo una moneda de euro con tema provida?). 

Desde Estados Unidos, por su parte, nos llegan ecos de la tradicional Marcha por la Vida que se desarrolla anualmente en Washington el 22 de enero, congregando en esta ocasión a más de trescientas mil personas. La multitudinaria March for Life es uno de los signos que revelan cómo los defensores de la vida ganan terreno en los Estados Unidos, como por otra parte atestiguan las encuestas del Instituto Harris, que muestran que el porcentaje de norteamericanos favorables a Roe vs. Wade, esto es, a la legalización del aborto, eran un 59% en 1976, mientras que en 2005 habían bajado 7 puntos hasta un 52%; por el contrario, los contrarios al aborto han crecido en estos treinta años 19 puntos, desde un 28% en 1976 a un 47% en 2005. Pero el camino no ha sido nada fácil para los provida, que han tenido y tienen que luchar con unos medios de comunicación con un importante sesgo abortista. Una de las claves de la estrategia provida en Estados Unidos es precisamente la celebración anual de la Marcha por la Vida. La Marcha por la Vida posee una serie de rasgos propios que nos pueden ayudar a comprender su importancia: 1.- En primer lugar, y a diferencia de muchos países europeos en los que los grupos provida están más o menos divididos, la Marcha agrupa al conjunto de la amplia constelación provida que, al menos una vez año, se muestra con una sola voz. Y no se crea que no existen diferencias entre los gradualistas de Americans United for Life y los intransigentes de Operation Rescue. Una de las claves para que todos los grupos y corrientes acudan es que la March for Life no la organiza ninguno de ellos, sino una asociación específica, la March for Life Education and defense Fund, que se mueve en otro orden. 2.- En la lucha provida son abundantes los compromisos y la estrategia de ir dando pequeños pasos. Esta estrategia permite conseguir pequeñas victorias y dar ánimos a los militantes provida, pero implica un peligro importante: autoconvencerse de que lo importante son esos compromisos y perder de vista o silenciar que el objetivo final es la abolición del aborto. La Marcha sintetiza esta aparente tensión: si por una parte cada año los oradores celebran la más mínima victoria, congratulándose de ella, la manifestación tiene un lema claro que indica la voluntad de no ceder en la defensa de los niños por nacer: “No Exception! No Compromise!”. 3.- Además, y un poco al estilo de otras grandes concentraciones (uno no puede dejar de pensar en las Jornadas Mundiales de la Juventud), en torno a la Marcha suceden muchas cosas. La mayoría de los manifestantes vienen de lejos de Washington y aprovechan para ser recibidos por los senadores de su estado y por los representantes de su distrito. Se suceden conferencias, simposios, cenas que reúnen a representantes de todo el espectro provida… y misas, pues la Iglesia católica se vuelca, desde sus obispos (36 presentes, de los que 4 eran cardenales) hasta sus parroquias, pasando por la misa para jóvenes católicos que reúne la mañana de la Marcha a casi 30.000 en el estadio del Verizon Center.

Por último, desde Italia nos llegan ecos de la propuesta de Moratoria del aborto lanzada desde las páginas de Il Foglio por su director, Giuliano Ferrara. Él mismo confiesa estar sorprendido por el eco y repercusión de su propuesta, a la que ya se han adherido múltiples personalidades y que está cruzando fronteras. Precisamente el próximo 3 de marzo Ferrara presentará en España, en un acto organizado por Intereconomía y el CEU, la Moratoria contra el aborto. Será un acto importante en este renovado interés en la defensa de la vida.