En un mundo tenso, convulso y violento, como el de EE UU y ante unos sucesos luctuosos que han herido la paz de la comunidad protestante asmih, eliminando a 5 de sus niñas en una escuela del condado de Lancaster, ésta ha dado un ejemplo singular y único de no violencia y de perdón.
La fe y el comportamiento ejemplar de este grupo cristiano está fascinando a toda la sociedad americana. Cumplen al pie de la letra el primer mandamiento de la Ley de Dios:”amarás al prójimo como a ti mismo” y proclaman, en público y en privado, que “no tiene sentido enojarse”.”Simplemente es nuestra manera de concebir la vida”.
Una de las niñas, la mayor de 13 años había ofrecido su vida a cambio de la liberación de sus compañeras; “mátame a mí y deja a las otras tranquilas”.La única venganza ejercida por sus progenitores ha sido la de la oración y el perdón al asesino de sus niñas. No faltarán quienes tilden a esta comunidad cristiana-protestante, de gente rara y que viven anclados, por sus convicciones y modo de vida, en tiempos pretéritos.
Uno sólo sabe mirar al cielo, dar gracias a Dios por estos cristianos de verdad y pedir que su actitud y ejemplo sea referente para tantos bautizados que se dejan arrastrar por el odio y la violencia frente al mal.