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Escuela de corrupción precoz

Víspera de un día festivo en un centro comercial madrileño. Entre las variadas atracciones para toda clase de consumidores, más de una veintena de salas de cine. Escojo una peli de ambiente navideño. En la fila delante de mi localidad, cinco niños y niñas solos, de unos 8 a 11 años.

El filme, no español, gira sobre la figura de santa Claus. Es de lo más repugnante, zafio y deseducativo que pensarse pueda. Carente de todo valor. Escenas de lo más desagradables: borracheras, violaciones, sexo explícito, violencia gratuita, robos, mentiras, mofa de la familia y tradiciones respetables.. Toda esta bazofia aderezada con un lenguaje soez, procaz, con palabrotas e insultos groseros, de principio a fin.

Este es el alimento que se ofrece, sin control alguno, a niños en estas fiestas navideñas. Los padres en casa, tranquilos y ajenos a la diversión de sus hijos. Los responsables del cine, a lo suyo. La normativa legal, agua de borrajas. Los inocentes niños (¿¡) absorbiendo precozmente lo que esta suciedad materialista les brinda en Navidad.

Dentro de poco estos niños serán jóvenes liberados, violentos o adictos al alcohol, al sexo o a las drogas. ¿Quién o quiénes se sentirán responsables de su suerte?.Para pensar.