El mundo del entretenimiento es el lugar más adecuado para crear nuevos lenguajes y nuevas conductas del hombre. Es el medio donde mejor responden todas las tendencias de la existencia humana, a nivel masivo. Por eso, es importante ser un receptor activo crítico.
Si una persona tiene capacidad crítica tiene madurez. Hemos de tener la capacidad mental para discernir el valor o contravalor que se nos presenta tanto en la vida real como en la televisión.
La persona que desarrolla una actitud crítica trata de discernir lo que le conviene, tanto en sus amistades como en las películas que ve. Enjuicia los diversos programas y sus contenidos y ve el trasfondo ideológico. Es decir, desentraña su verdadero significado y sus intenciones ocultas.
No se trata de recibir los mensajes pasivamente sino de interpretarlos.
Podemos pensar que los comerciales no son relevantes, sin embargo, son los principales medios para fomentar conductas de consumo y marcar estereotipos, que son conductas a seguir. Hay que tratar de analizar el objetivo real que persiguen: Qué producto vende,
a qué público se dirige (destinatario). ¿Ofrece la felicidad? Con qué campo la relaciona: amor, sexo, seguridad, reconocimiento. ¿Cuál es el propósito de un anuncio?... ¿Despertar el deseo por algo?
TELEVISION
Las telenovelas, desde hace años, tienen una tónica: el mal humor. Todos se “gritonean”, se enfurecen y tratan mal a los demás, sean familiares o no. Son modelos que nos están poniendo para copiar. Las personas felices no son de interés para la TV.
Hoy en día todos los desastres son problemas dramáticos, llegan a nuestra vida en forma constante. El mensaje más destructivo que la TV hace llegar es que la vida normal, decente, estable y funcional es aburrida, es tan gris que ni siquiera vale la pena como historia para ser contada. Esto contribuye al pesimismo de la gente. Las personas se sienten pesimistas no sólo porque escuchan malas noticias sino porque sienten que su vida no tiene sentido si no se relaciona con situaciones excitantes como caerse de un edificio, lidiar con explosivos o lograr que un amigo se emborrache, o si no tiene ningún asesinato que connotar, o si no tiene que luchar con triángulos amorosos.
En el cine y en la televisión la persona, y sobre todo la mujer, vale porque es guapa, por lo que tiene, no por lo que es.
En los primeros 10 años de la TV, una imagen permanecía en pantalla aproximadamente 70 segundos, y además producían con una o dos cámaras. Ahora tarda 8 segundos en promedio. Esto crea personas que no pueden estar quietas y que piensen poco.
Estamos en la época de la imagen, del video. Para esta generación el mundo es el mundo que ven. Las cosas que no ven allí están, pero no les interesan y ésta es la tragedia, porque todo nuestro conocimiento es abstracto. Las anteriores generaciones leían el periódico o escuchaban la radio, estaban interesados en la política y en la lectura. Sólo nos llama la atención aquello que podemos entender. Ver no significa entender.
CONTENIDOS MÁS PREOCUPANTES
• La violencia en los medios: mientras más violencia se ve, más agresiva se hace la persona. Si los niños o adolescentes ven mucha violencia, se insensibilizan Luego viene el miedo: se percibe el mundo como peligroso
• El sexo: hay desorden, falta pudor. Lo natural es latendencia a proteger valores sexuales; es una defensa para no ser tratado como objeto de placer. No se diferencia entre arte y pornografía. El arte resalta el valor belleza, muestra la realidad. No es justo que presenten los valores sexuales como la única realidad humana y como la única forma de relación con las personas, despojándolo de sus otros valores como la inteligencia, la voluntad, la espiritualidad, la bondad, nobleza. etc.
• La familia: la ponen como una institución en crisis, retrógrada, cuando la realidad es que todo el mundo quiere tener una familia. Es importante ver programas en familia para la formación crítica de las personas de esa familia.
“Con demasiada frecuencia los medios de comunicación social presentan a la familia y la vida familiar de modo inadecuado. La infidelidad, la actividad sexual fuera del matrimonio y la ausencia de una visión moral y espiritual del pacto matrimonial se presentan de modo acrítico, y a veces, al mismo tiempo, apoyan el divorcio, la anticoncepción, el aborto y la homosexualidad (...). Es mucho lo que está en juego, pues cualquier ataque al valor fundamental de la familia es un ataque al bien auténtico de la humanidad (...). Sin recurrir a la censura, es necesario que las autoridades públicas pongan en práctica políticas y procedimientos de reglamentación para asegurar que los medios de comunicación social no actúen contra el bien de la familia” (Juan Pablo II, 38ª Jornada Mundial para las Comunicaciones Sociales, 24 de enero del 2004, para el 23 de mayo 2004).
Hay que saber que existen mensajes subliminales. Y saber que en el mensaje subliminal o subconsciente la información está escondida por medio de algún recurso técnico especial. Cuando el mecanismo subliminal funciona, en el receptor se presentan una serie de inquietudes, cambios de actitud, urgencia de necesidades artificiales, nuevos gustos. Son influencias que afectan al pensamiento, la sensibilidad y la conducta. Puede llegar a influir en la visión del mundo y los valores. Sin embargo, no hay que olvidar que es en el estado consciente donde se toman las decisiones.
Se concluye que hay que ser selectivos. Toda comunicación debe ser expresión de la verdad.