Ha sido muy comentada la noticia del P.Jony, “el cura roquero”, que con su guitarra eléctrica, su larga cabellera y su indumentaria juvenil, se ha lanzado a la evangelización de la juventud por medio de la música. Este cura tarraconense, cantautor, dotado de este carisma singular, ejerce su peculiar apostolado entre la juventud alejada.
Si es una realidad que los jóvenes, en general, están ausentes de la Iglesia y de sus celebraciones, los ministros de la Iglesia, como buenos pastores con el rebaño disperso,, habrán de hacer experiencias nuevas para atraer a estos hijos de Dios.
Me parece estupendo que la autoridad competente le haya dado todos los permisos pertinentes-¡caso distinto de otro sacerdote con alzacuello, P.Apeles, que actúa en TV por libre¡-a este celoso cura rockero.
Buena señal es que los mismos jóvenes no sólo acogen con simpatía al sacerdote cantautor, sino que lo animan a que siga adelante en su peculiar quehacer.
Según se lee en la vida de D.Bosco, el gran apóstol de la juventud del siglo XIX , para atraer a los muchachos y golfos de Turín, y enseñarles el buen camino, los entretenía con juegos de títeres y de prestidigitadores, que había aprendido en su juventud. Bienvenido el cura roquero, si gana para Cristo a algunas ovejas descarriadas de su rebaño. Ojalá cunda el ejemplo entre los sacerdotes jóvenes.